La calle Fillak, en el barrio de Sampierdarena, no volverá a existir porque sus casas serán demolidas.
El presidente de la región italiana de Liguria, Giovanni Toti, anunció que antes de final de año se darán casas a las 311 familias que han tenido que ser desalojadas tras el derrumbe de un puente en Génova, ya que los edificios bajo el viaducto no volverán a ser habitables.
Las 632 personas que fueron desalojadas, en total 311 núcleos familiares, no volverán a habitarlas después de que el pasado martes se derrumbase una parte del viaducto que durante años ha pasado por encima de sus viviendas y que ha causado al menos 38 muertos y se busca aún una decena de desaparecidos.
La calle Fillak, en el barrio de Sampierdarena, no volverá a existir porque sus casas serán demolidas, como también anunció el ministro del Interior, Matteo Salvini.
Por el momento, Toti anunció que se han ya encontrado 30 casas disponibles para los desalojados, mientras que otro centenar llegará más tarde y se espera reubicar a todos las personas antes de final de año.
Algunos de los habitantes de los barrios afectados -en total son once edificios- han pedido a los bomberos que acudan a sus casas para rescatar a los animales domésticos o a recoger algunas medicinas de urgencia.
Muchos esperan la posibilidad de que los bomberos accedan a sus casas al borde de la llamada zona roja de Génova que ha sido completamente acordonada.
Por el momento, nadie podrá volver a entrar en sus casas mientras el resto del puente se encuentre sobre los edificios y no se compruebe el estado, aseguran los medios italianos.
Los desalojados han encontrado acomodo en casas de amigos y familiares y otros han podido pasar la noche en un centro deportivo de la zona, donde se han instalado decenas de camas y se ha proporcionado comida y agua. (EFE)
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