Ayer se aprobó una resolución histórica, que permite a hombres y mujeres orar juntos en una nueva sección del principal santuario del judaísmo.
Israel aprobó ayer una histórica resolución que rompe el monopolio de los ultraortodoxos en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén y permite a hombres y mujeres orar juntos en una nueva sección del principal santuario del judaísmo.
Con quince votos a favor y cinco en contra, el Ejecutivo israelí dio luz verde a un esperado plan para crear una nueva plaza frente a ese milenario paredón, en la que miembros de las corrientes conservadora y reformista del judaísmo podrán llevar a cabo rezos de forma igualitaria y sin separación por sexos.
Hasta ahora el Muro de las Lamentaciones, así como los servicios y actividades religiosas que se desarrollaban en su entorno, estaban controlados por la corriente ultraortodoxa, de tal manera que los rezos se realizaban de forma separada por sexos en dos explanadas divididas por una pequeña cerca rematada por celosías.
En virtud del acuerdo refrendado hoy tanto las áreas actualmente segregadas por sexos, como la nueva sección destinada a las corrientes no ultraortodoxas contarán con un acceso común, mientras que la nueva plaza tendrá igual visibilidad que la veterana.
La decisión sigue a 27 años de lucha de un grupo denominado "Mujeres del Muro" para acabar con el monopolio de la ultraortodoxia y para que se permitiera a las féminas cantar y rezar ataviadas como los hombres junto al lugar más sagrado del judaísmo.
El grupo lleva más de dos décadas organizando sesiones mensuales de rezos para defender su causa junto al denominado Arco de Robinson, vestigio que sobresale del muro aledaño a la principal plaza, cubiertas con mantos sagrados judíos, solideos y filacterias.
"Mujeres del Muro" han aceptado a partir del acuerdo realizar las nuevas sesiones de oración en el nuevo recinto destinado al rezo igualitario en cuanto comience a funcionar.
Otro de los aspectos cruciales de la resolución es que, a diferencia de la situación actual, la ortodoxia no tendrá la custodia sobre la nueva explanada, rompiendo con el monopolio que esta corriente tenía del lugar.
EFE
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