Vicky Knight sufrió quemaduras en un incendio cuando tenía ocho años. Odiaba su piel dañada por el fuego hasta que una nueva oportunidad en la vida le permitió reconciliarse consigo misma. Esta es su historia.
Cuando Vicky Knight tenía ocho años recuerda haber despertado sudando a chorros por un incendio que devoraba el apartamento londinense donde descansaba. Sus primos murieron ahogados por el humo y el hombre que entró a rescatarla también.
"Solía culpar a mis cicatrices por haber arruinado mi vida. Las odiaba”, se torturaba psicológicamente con esta idea cada vez que el espejo le devolvía la imagen de las quemaduras que asolaron el 33% de su cuerpo: brazos, parte del cuello y rostro.
Aquella tragedia la sumió en una tristeza absoluta. En una entrevista concedida a la BBC asegura que en el colegio la golpeaban y era blanco de burlas por su apariencia. Sin embargo su vida cambió radicalmente cuando un director de cine la llamó por teléfono.
A pesar de que no tenía experiencia como actriz interpretó muy bien el papel de la protagonista de la película Dirty God (Dios Sucio). Se trata de la vida de Jade, una joven madre de familia que fue atacada con ácido en el rostro y se adentra en un torbellino autodestructivo.
"En la película hay desnudos y para mí estar desnuda y mostrar esas cicatrices que he ocultado durante tanto tiempo, realmente me alteró (…) Tuve bastantes quiebres emocionales mientras grabábamos, así que todas las lágrimas que ves son reales", dijo.
El rodaje la ayudó a conocerse mejor y a superar sus traumas del pasado. "La película me dio una perspectiva muy positiva de la vida. Si alguien más pasó por esto, espero que con la película pueda obtener un poco de esperanza y amor propio". "Se siente tan bien decir que estoy aceptando mis cicatrices. Ellas son yo ahora. Si no te gustan, no las mires", añadió. Dirty God se estrenó el 7 de junio en Reino Unido.
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