La exigencia de justicia por el crimen contra la activista convocó multitudinarias marchas en Río de Janeiro marcadas por la indignación.
El Gobierno brasileño aseguró este viernes que las balas que mataron a la concejal Marielle Franco fueron robadas hace años a la Policía Federal, mientras la exigencia de justicia por el crimen volvió a convocar a cientos de personas en las calles de Rio de Janeiro.
Aunque la investigación sobre este asesinato que conmociona a Brasil se mantiene en secreto, este viernes empezaron a circular varias versiones.
TV Globo aseguró que Franco, una carismática dirigente negra de 38 años y muy crítica con los abusos policiales, fue abatida el miércoles con balas de calibre de 9 mm que formaban parte de un lote adquirido por la Policía Federal en diciembre de 2006.
Poco después, ese cuerpo dijo en un comunicado que, en paralelo a la investigación a cargo de la Policía Civil de Rio, "se abrió una pesquisa en el ámbito de la Policía Federal para determinar el origen de las municiones y las circunstancias de los cartuchos hallados en el lugar del crimen".
Y en la noche, el ministro de Seguridad, Raul Jungmann, aseguró que esa munición fue robada a la Policía Federal "años atrás" en la sede de Correos de Paraiba (nordeste), a más de 2.000 km de Rio.
Miles de brasileños la despiden
Sin respuestas aún sobre los motivos o autores del asesinato de Marielle, este viernes el centro de Rio amaneció con las paredes llenas de imágenes de la concejal, pintadas contra la policía, contra el presidente Michel Temer y un repetido "Marielle Presente".
Eso, después de que en la víspera decenas de miles de personas se manifestaran en ciudades como Río o Sao Paulo.
La noche del viernes, varios cientos de personas se congregaron con velas frente a la Asamblea de Rio para exigir justicia y el fin de la intervención militar en el estado, decretada hace exactamente un mes por Temer.
La mayoría eran jóvenes, que luego marcharon por algunas calles del centro de la ciudad.
El asesinato
El asesinato de Mairelle Franco tuvo lugar el miércoles en la noche en el centro de Rio cuando regresaba a casa en carro después de asistir a un evento de empoderamiento de mujeres negras.
El coche fue seguido durante cuatro kilómetros por otro vehículo y hubo al menos trece disparos realizados a unos dos metros de distancia, según trascendidos de la prensa.
Junto a la concejal del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), que recibió cuatro impactos de bala en la cabeza, murió el conductor del vehículo, Anderson Gomes. Su asistente de prensa recibió solo esquirlas.
Numerosos comentaristas vinculan esa "ejecución" a las denuncias de la concejal contra el accionar de milicias parapoliciales o de la intervención militar de Rio. (Con información de AFP).
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