La Policía boliviana intervino este viernes a cuatro personas encapuchadas y presuntamente armadadas que fueron identificadas como funcionarios de la embajada española. El incidente se produjo cuando el grupo trataba de ingresar a la residencia de la embajadora de México en La Paz.
Bolivia denunció este viernes haber frenado el ingreso funcionarios de la embajada de España, encapuchados y al parecer armados, a la residencia de la embajadora de México en La Paz, donde están asilados una decena de funcionarios del antiguo gobierno de Evo Morales.
La policía "frenó el ingreso de los vehículos (diplomáticos españoles) a las instalaciones, toda vez que la presencia de encapuchados representa una potencial amenaza" para la sede mexicana, afirmó Karen Longaric, la canciller del gobierno interino de Bolivia.
El incidente -dijo- se produjo este viernes en la mañana, cuando personal diplomático y otras personas con el rostro cubierto buscaron romper un cerco de seguridad de la policía boliviana en torno a la embajada de México, que les impidió el paso. Longaric señaló que el "personal diplomático y de seguridad de la embajada de España en Bolivia no tiene autorización para portar armas de fuego, ni usar atuendos que oculten su identidad", agregando que "estos actos contravienen las prácticas diplomáticas".
La ministra señaló que estas personas intentaban "ingresar de forma subrepticia y clandestina" a la residencia de la embajadora mexicana, María Teresa Mercado. Afirmó que después del incidente, el personal diplomático de España pudo ingresar de forma "libre".
Consultada si había un plan de fuga, diseñado por españoles y mexicanos, la canciller Longaric respondió que "estamos en un proceso de análisis", pero manifestó su extrañeza por la presencia de encapuchados ibéricos. "Sabremos dar la respuesta que corresponde en un caso de tamaña ofensa a la soberanía de Bolivia", apuntó.
España "abusa de sus privilegios"
Por tal motivo, denunció que España "abusa de los privilegios" diplomáticos que otorga la Convención de Viena y que por ello mandó una nota a su Ministerio de Relaciones Exteriores reclamando "por estos atropellos que afectan profundamente la dignidad y la soberanía del estado boliviano".
Explicó que la nota boliviana de reclamo será enviada, además, a los embajadores acreditados en Bolivia, a las Naciones Unidas, a la Unión Europea y a la Organización de Estados Americanos.
La reacción de México
Por su parte, el Gobierno de México denunció que los policías bolivianos bloquearon la salida de diplomáticos españoles que estaban en la residencia de su embajadora en La Paz, María Teresa Mercado.
Según un comunicado de la Cancillería mexicana, el cónsul de España en Bolivia, Álvaro Fernández, y la encargada de negocios de la embajada española, Cristina Borreguero, estuvieron más de una hora esperando a poder abandonar la residencia porque la policía boliviana impedía el paso de sus chóferes.
"Más tarde los visitantes españoles fueron informados por la Cancillería de Bolivia que un auto de esa dependencia entraría por ellos, lo cual aceptaron. El automóvil arribó poco más de una hora después", detalló el boletín.
La comparecencia de la canciller Longaric se produjo después de que aparecieran en redes sociales distintos comentarios sobre el incidente, uno ellos de la propia embajadora mexicana, aunque luego fue retirado de Twitter.
El mensaje decía: "Estoy con encargada de negocios y cónsul España en residencia, han detenido su auto con placas diplomáticas además de haberlos agredido!!!! Eso es violación a la CVRD!!!! -Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados- Además de estar ingresando autos- con militares fuertemente armados!".
El incidente de este viernes aviva la tensión entre el país altiplánico y el norteamericano, que en días anteriores denunció que las fuerzas del orden de Bolivia realizan actos de acoso y hostigamiento a su embajada en La Paz. Las fricciones entre ambos países se iniciaron cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador concedió asilo político a Evo Morales, quien renunció a la presidencia de Bolivía tras el estallido social que devino de unas polémicas elecciones presidenciales acusadas de fraudulentas. (Con información de EFE y AFP)
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