El presidente ecuatoriano perdió la paciencia ante un grupo de personas que demandaba ayuda en Esmeraldas, una de las provincias más afectadas por el terremoto.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, perdió la paciencia ante un grupo de personas que demandaban ayuda y víveres en un sector de la localidad de Muisne, provincia de Esmeraldas, una de las más afectadas por el terremoto que sacudió al país del norte el último sábado.
En un video que circula por las redes sociales se oye al mandatario advertir que mandará a detener a quienes pierdan la calma o griten.
"Haber señores estamos en emergencia nacional, aquí nadie me pierde la calma, nadie grita o lo mando detenido, sea joven viejo hombre o mujer, nadie me empieza a llorar a menos que sean seres queridos que hayan perdido", se escucha decir a un ofuscado Correa.
Tras el llamado de atención el presidente anuncia al grupo de damnificados que pronto llegarán víveres y agua.
"Ya viene el agua, no hay problema, tenemos decenas de tanqueros y tres buques que vienen con miles de galones; ya vienen también los víveres, tampoco hay problema en eso, esperen un poquito".
Según el último reporte oficial, el número de muertos por el terremoto se elevó a 602, con 12.492 heridos atendidos. También se ha reportado a 130 personas desaparecidas.
Las autoridades informaron que 113 personas han sido rescatadas con vida y 26.091 han sido acogidas en albergues desde que se produjo el sismo de 7.8 grados que afectó principalmente a la zona norte de la costa del país.
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