La crisis mundial por la pandemia del COVID-19 no impidió que la coalición liderada por los saudíes lleve a cabo un ataque aéreo contra Saná, controlada por rebeldes hutíes.
La coalición árabe liderada por Arabia Saudí llevó a cabo este lunes al menos 15 bombardeos aéreos contra Saná, la capital de Yemen, controlada por los rebeldes hutíes desde 2014, en medio de una escalada de tensión en el conflicto pese a la situación límite que vive el país ante un posible brote de coronavirus.
La cadena de televisión Al Masira, controlada por los hutíes, informó de que al menos un hombre pereció y otros dos resultaron heridos en el ataque, y aseguró que otros bombardeos impactaron contra la provincia de Al Hodeida, en el Mar Rojo, sin provocar víctimas. Según constató la agencia Efe, seis ataques aéreos impactaron contra una academia militar en las afueras de Al Rawda, al norte de la ciudad, y otros tres ataques tuvieron como objetivo un puesto militar en el noroeste de Saná.
Los aviones de combate de la coalición árabe también dispararon dos misiles en la base aérea de Al Dailami, adyacente al aeropuerto de Saná y otros objetivos en la zona. La alianza liderada por los saudíes, que interviene en la guerra del Yemen desde 2015, informó de una "operación militar" para "neutralizar y destruir objetivos militares legítimos" de los hutíes y aseguraron que durante el ataque tomaron "medidas preventivas para proteger a los civiles de cualquier daño colateral".
Tensión por el coronavirus
Tras meses de una tensa calma en Saná, los hutíes, respaldados por Irán, reivindicaron el domingo el lanzamiento de dos misiles contra Riad y la provincia fronteriza de Yazan. La semana pasada, los hutíes y el Gobierno de Yemen reconocido internacionalmente del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi, acogieron con buenas palabras los llamamientos de la ONU a un "alto el fuego global frente al COVID-19", en el quinto aniversario de la intervención de la coalición árabe en el país.
Hasta el momento, Yemen no ha registrado ningún caso de coronavirus, según la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, el país no podría hacer frente a una crisis sanitaria de ese calibre, mientras que los rebeldes ya han pedido ayuda internacional para combatir la pandemia.
(EFE)
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