"Era un laboratorio de análisis en donde se llevaban a cabo ensayos sobre productos químicos utilizados" en alimentos, medicamentos y juguetes, dijo un ingeniero frente al edificio destruido.
Los empleados de un centro de investigación sirio, que fue bombardeado al amanecer del sábado por las fuerzas combinadas de Estados Unidos, Francia y Reino Unido aseguran que no producían armas químicas.
"Si hubiese armas químicas no estaríamos aquí", afirmó un ingeniero identificado como Said Said, quien labora en el centro situado en el barrio Barze del noreste de Damasco, convertido hoy en un edificio de tres pisos totalmente destruido.
Desde temprano, los empleados llegaron para inspeccionar el lugar tras saber que fue bombardeado por supuestamente albergar programas de investigación sobre armas químicas del régimen sirio.
"Estoy aquí desde las 5:30 a.m. y estoy bien, no estoy tosiendo [...] Trabajábamos sobre investigación y desarrollo en la producción farmacéutica y la industria química civil", declaró a la Agencia AFP.
"Gracias a Dios no hubo víctimas civiles. El edificio estaba vació cuando fue atacado", finalizó.
Para Londres, Washington y París el centro de Barze albergaba "un centro de investigación, de desarrollo, de producción y de ensayo de tecnología de armamento químico y biológico" del régimen sirio.
Medicamentos y juguetes
Said se presentó como responsable del departamento especializado en pintura y plástico, e indicó que aún no entiende por qué el edificio fue atacado. "Era un laboratorio de análisis en donde se llevaban a cabo ensayos sobre productos químicos utilizados en los productos alimenticios, los medicamentos y los juguetes para niños. Producíamos además medicamentos contra el cáncer o antídotos para el veneno de escorpión y de serpiente", aseguró a la agencia AFP
Los bombardeos coincidieron con el comienzo de una investigación en Duma de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que aseguró que no afectarían la investigación.
Según Said los investigadores de la OPAQ ya habían visitado el centro y "confirmado que no producía ninguna arma química". "Se instalaban y trabajaban en nuestros laboratorios y cooperamos con ellos", explicó.
Sin embargo, según el general Kenneth McKenzie, un alto responsable del Pentágono, con el bombardeo el edificio se alcanzó "el corazón del programa de armas químicas sirio".
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