La pequeña tenía cuatro años. Iba a recoger agua en un área controlada por rebeldes en Alepo.
Otra niña ha sido víctima de la cruenta guerra en Siria. Eman iba por agua en una zona al este de la ciudad de Alepo cuando recogió una bomba cluster que confundió con un juguete. Pensó que era una pelota plateada y luego de manipularla, le explotó.
Este martes, falleció en un hospital de campaña, su cuerpo no resistió las graves quemaduras y hematomas. La familia confirmó el hecho a los medios locales. La zona del incidente es controlada por rebeldes opositores al gobierno de Bashar El Asad.
Las bombas cluster o de racimo son explosivos que dejan pequeñas submuniciones en diferentes partes y que pueden perforar vehículos blindados o causar daño a las personas que las manipulen.
Más de 100 países firmaron un acuerdo para prohibir su uso. Organizaciones como Human Rights Watch, el gobierno de EE.UU. y otras autoridades acusaron a Rusia de utilizar este tipo de bombas, informó el portal CNN.
Incesantes ataques. En la ciudad de Alepo, los ataques aéreos impulsados por Rusia y el gobierno sirio, han dejado cientos de heridos que luchan por ser atendidos en uno de los cinco hospitales que hay. Los médicos no se dan abasto para atender tantas emergencias.
Según información oficial de organizaciones en el país del Medio Oriente, de los 250,000 afectados por la guerra, unos 100,000 son niños.
Alepo es una de las localidades más golpeadas por los ataques. De los 300,000 habitantes que ahora quedan, unos 85,000 son niños.
Para toda esta población solo existen 29 médicos y muy pocos recursos. La ayuda humanitaria también es atacada y destruida.
Desde el año 2012, los rebeldes y el frente Al Nusra tiene el dominio de la zona. El Ejército del presidente El Asad y Rusia han cercado la zona. El acceso para que llegue la comida y las medicinas es casi imposible.
En la crisis humanitaria, los más afectados son los niños.
Comparte esta noticia