Este domingo, un ataque aéreo fue lanzado sobre la misma región controlada por los rebeldes. El ataque se realizó con fósforo blanco que está prohibido internacionalmente.
El último martes, un ataque químico con gas sarín en la ciudad de Jan Seijun (Siria) desató la condena mundial y motivó a que el Gobierno de Donald Trump intervenga y realice un bombardeo en una base militar en la ciudad siria de Homs, este jueves.
Los bombardeos continúan por parte de las tropas del régimen del presidente sirio Bashar al Assad. Este domingo la provincia de Idlib, controlada en su mayoría por los rebeldes opositores al dictador, sufrió un devastador ataque con un fósforo blanco.
Arma prohibida. Los habitantes de la localidad de Saraqib, en Idlib, compartieron imágenes de los hechos a través de redes sociales. Ellos denunciaron que en los últimos bombardeos se utilizó fósforo blanco, una sustancia química prohibida para su uso contra objetivos humanos por la Convención de Ginebra.
El fósforo blanco tiene un efecto incendiario que al caer sobre población civil pueden provocar severos daños químicos en corazón, hígado y otros órganos, e incluso la muerte. En la jerga militar es conocida como WP (White Phosphorus).
Ataque con gas sarín. En el ataque a Jan Seijun, murieron 87 personas por el uso de gas sarín, según concluyeron las autopsias realizadas en Turquía. Los nuevos bombardeos dejaron una mujer muerta y a su hijo herido, reportó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
Rusia, que apoya al régimen sirio en su lucha contra las fuerzas yihadistas, es uno de los 113 países que firmó el protocolo del Convenio de Armas Convencionales, que restringe el uso de armas incendiarias. Por lo tanto, no debería de aprobar el uso de armas como el gas sarín o el fósforo blanco. Siria no se adhirió al tratado, por lo que los pasados envíos de dicho armamento al país han despertado la preocupación de los organismos internacionales.
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