Francisco depositó ante la virgen un ramo de rosas amarillas y la diadema de plata y oro que le ha traído como don y permaneció solo, sentado en una silla ante la imagen y en total silencio.
El papa Francisco se recogió en oración durante 20 minutos ante la Virgen de Guadalupe en el llamado "camarín" de la basílica mexicana, la pequeña sala abovedada donde se conserva la imagen de la "Morenita".
Tras la misa que celebró en la basílica de Guadalupe durante su visita a México, Francisco como había deseado quiso entrar en solitario en el "camarín", donde se encuentra la imagen plasmada en la tilma (manta) de San Juan Diego, el indígena a quien se le apareció la Virgen.
Francisco depositó ante la virgen un ramo de rosas amarillas y la diadema de plata y oro que le ha traído como don y permaneció solo, sentado en una silla ante la imagen y en total silencio, con los ojos cerrados y la cabeza baja o mirando fijamente a la virgen.
El camarín es un lugar en la basílica de Guadalupe al que muy pocas personas pueden acceder, mide unos nueve metros cuadrados y cuenta con unas fuertes medidas de seguridad.
La tilma con la imagen protegida por un cristal se encuentra conservada en esta sala abovedada y gracias a un mecanismo puede girar y colocarse también en el altar mayor de la basílica.
Así sucedió este sábado, cuando la imagen de la "Virgen Morena" presidió toda la misa sobre el altar y después giró para que el papa pudiera rezar ante ella en esta pequeña sala.
Los fieles en la basílica pudieron observar gracias al cristal transparente los momentos de recogimiento del papa y guardaron un absoluto silencio durante los 20 minutos que duró su oración.
Un fuerte aplauso se escuchó cuando el papa terminó sus oraciones y se levantó.
"Esta vez quiero quedarme un ratito a rezar ante la Virgen ¿me dejaréis?", les preguntó a los mexicanos antes de partir de Roma y durante el vuelo que le conducía a México aseguró que "su deseo más profundo" era rezar ante la Guadalupe.
EFE
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