El primer ministro australiano, Scott Morrison, indicó que se trata de un ataque dirigido a organizaciones de su país en distintos sectores y que está “vinculado a un Estado debido a la escala y los objetivos”.
El Gobierno de Australia denunció este viernes que es el objetivo de un ciberataque a gran escala apoyado por un país extranjero, sin precisar el nombre de la nación sospechosa. "El ataque está dirigido contra organizaciones australianas de una variedad de sectores, incluidos todos los niveles de gobierno, industria, educación, salud, proveedores de servicios esenciales y operadores de infraestructura (..) Sabemos que es un ataque cibernético sofisticado vinculado a un Estado debido a la escala y los objetivos", señaló el primer ministro del país oceánico, Scott Morrison.
El gobernante australiano precisó que de momento los piratas informáticos no han encontrado "grandes brechas" de seguridad durante sus ataques "maliciosos", sin tampoco indicar cuándo han sucedido. Aunque Morrison pidió a la población "aumentar su conciencia sobre el problema" y buscar la ayuda de expertos en ciberseguridad, especialmente si son empresas dedicadas a la salud, infraestructuras o servicios esenciales.
A pesar de que el Gobierno de Australia ha evitado concretar el país extranjero que hay detrás de la campaña, medios de comunicación y expertos reducen la lista de sospechosos a China, Rusia e Irán. "No hay demasiados actores estatales que tengan esas capacidades", se limitó a decir Morrison al ser interpelado sobre el posible país autor de los ataques.
Sospechas alrededor de China
Pekín ya fue el blanco de las sospechas por el ciberataque al Parlamento australiano en febrero de 2019, antes de las elecciones generales de ese país, y a otras instituciones gubernamentales y universitarias. La relación bilateral entre Australia y China se ha ido deteriorando por cuestiones como la militarización del gigante asiático o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia y el espionaje extranjero, tras destaparse casos de donaciones chinas a políticos.
En el último mes, Pekín ha implementado varias tasas de importación a productos procedentes de la nación oceánica, como la carne de vacuno o la cebada, e incluso ha pedido a sus estudiantes que no acudan a la universidad en Australia a raíz de supuestas tensiones raciales con los asiáticos. A su vez, Camberra ha pedido una investigación independiente sobre el origen de la COVID-19, que supuestamente surgió en un mercado de la ciudad china de Wuhan. EFE
Comparte esta noticia