Los incendios forestales siguen incontrolables y, a la fecha, han causado la muerte de 16 personas, la mayoría en Nueva Gales del Sur.
Las fuerzas armadas participan este miércoles en las tareas de evacuación y asistencia humanitaria para miles de afectados por los incendios forestales en Australia, que han matado a 16 personas y calcinado un millar de casas en los últimos meses.
"Hoy tenemos tres muertos", confirma el subinspector de la Policía de Nueva Gales del Sur, Gary Worboys, en Sídney, al recordar que esta semana se han producido otros cuatro decesos a consecuencia de las llamas en la costa meridional de este estado australiano.
Estas muertes elevan a 16 el número de fallecimientos que se han registrado en toda Australia, 15 de ellos en Nueva Gales del Sur por los incendios que arden desde el pasado septiembre y que son considerados entre los peores del siglo.
La Policía del estado de Victoria, colindante con Nueva Gales del Sur, informó a Efe que se ha hallado un cadáver en la localidad de Buchan, afectada por los fuegos, aunque "la causa de la muerte aún debe ser determinadas".
Se teme que el número de fallecidos por los incendios en el sureste australiano puedan aumentar en estos días dado que al menos una persona ha sido reportada como desaparecida en Nueva Gales del Sur y otras cuatro en Victoria.
El subjefe del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Rob Rogers, informó a los periodistas en Sídney de que tres personas que resultaron heridas por las llamas en la Costa Sur han sido evacuadas en helicópteros de la Marina.
Esta mañana las autoridades de Victoria también anunciaron que enviaron helicópteros para ayudar a los bomberos en la localidad costera de Mallacoota, donde unas 4.000 personas tuvieron que refugiarse en la playa o en embarcaciones para protegerse de las llamas.
El jefe de Gestión de Emergencias de Victoria, Andrew Crisp, también comunicó que se ha enviado por mar un cargamento de comida, agua y combustible a Mallacoota.
Según las imágenes divulgadas en las redes sociales, los damnificados hicieron una fila india a lo largo del muelle para pasarse de mano en mano el agua potable, que en estos momentos de crisis falta tanto como la electricidad. (EFE)
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