Primera ministra de Nueva Zelanda: "Es inaceptable preguntar en 2017 si quiero tener hijos"

Jacindamanía. La laborista Jacinda Ardern se ha convertido en la primera ministra más joven de la historia de Nueva Zelanda. Su irrupción en política fue comparada por analistas locales con la del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, o el presidente francés, Emmanuel Macron.

A sus 37 años, Jacinda, hija de un expolicía y antigua feligresa mormona, es la tercera mujer en llegar a la jefatura del Gobierno neozelandés, tras Jenny Shipley (1997-1999) y Helen Clark (1999-2008). Ardern desencadenó la "Jacindamanía" cuando reemplazó en agosto a Andrew Littler al frente del Partido Laborista (centroizquierda) y dirigió una campaña que la llevó a la victoria en las elecciones del pasado 23 de septiembre.

Machismo. Durante la campaña, Jacinda Ardern fue consultada en varias ocasiones sobre sus planes de maternidad. “No tengo problemas para responder a esto. He sido muy abierta discutiendo este dilema al que se enfrentan muchas mujeres”, dijo.

Cuando un presentador le dijo que los neozelandeses tenían derecho a saber si una potencial primera ministra iba “a tomarse una licencia por maternidad”, Arden respondió criticando el sexismo que implicaba su pregunta.

Respuesta. “Es totalmente inaceptable en 2017 decir que las mujeres tienen que responder a esa pregunta en un lugar de trabajo. La decisión de una mujer sobre cuando quiere tener hijos no debería predeterminar si se les ofrece o no un trabajo”, le dijo. Su pareja un presentador de televisión llamado Clarke Gayford dijo en un reciente entrevista que le pareció “surrealista” que se haya discutido “públicamente sus habilidades reproductivas”.

Ardern se unió al exclusivo club de los líderes mundiales treintañeros como Emmanuel Macron (39) y el austriaco Sebastian Kurz (31). Lo más curioso es que también es parte de los políticos pop. Un grupo integrado por políticos como Bernie Sanders, Jeremy Corbyn o Justin Trudeau que tienen el apoyo de jóvenes y que cuentan con el suficiente carisma para atraer a miles de personas a sus mítines.