Shebekino, una ciudad de 40 000 habitantes, sufrió disparos de artillería de una intensidad insólita, lo que obligó a miles de habitantes a refugiarse en Belgorod, la capital regional, donde reciben atención mientras continúa los combates en Ucrania.
Al empezar la ofensiva en Ucrania, Antonina Zaikina, una rusa de 75 años, preparó una maleta por si algún día debía huir de Shebekino, en la frontera con Ucrania. Cosa que tuvo que hacer esta semana, hostigada por los disparos de artillería.
Shebekino, una ciudad de 40 000 habitantes, sufrió disparos de artillería de una intensidad insólita, lo que obligó a miles de habitantes a refugiarse en Belgorod, la capital regional, situada a unos 30 km al noroeste, donde están recibiendo atención.
"Nos fuimos de Shebekino porque nos bombardearon tan fuerte que las ventanas han reventado", cuenta Antonina Zaikina, que ha vivido toda su vida de adulta en esta ciudad. Según cuenta, uno de los vecinos resultó herido y tuvo que ser amputado de una mano.
El conflicto de Ucrania afecta ahora de lleno a ciertas regiones rusas fronterizas, en particular la de Belgorod, escenario de bombardeos e incluso de incursiones armadas.
El jueves, el ejército ruso dijo haber repelido un intento ucraniano de "invasión" en la región de Belgorod, una semana después de una espectacular incursión de hombres armados, que dejó al descubierto la vulnerabilidad de las fronteras rusas.
Esas incursiones fueron reivindicadas por grupos que dicen estar compuestos por ciudadanos rusos que combaten del lado de Kiev. Las autoridades ucranianas niegan estar detrás.
Bombardeos regulares
Desde hace meses, Shebekino ha sufrido bombardeos regulares, en ocasiones con víctimas mortales. Pero no tan intensos como en este momento.
"Ahora están atacando el centro de la ciudad", apunta Antonina Zaikina. "Hay muchos edificios destruidos".
El alcalde de Belgorod, Valentin Demidov, indicó el viernes a AFP que unas 5 000 personas que huyeron de los bombardeos transitaron en los últimos días por los centros de alojamiento temporal abiertos en la ciudad.
La mayoría de ellos se encuentra en el Belgorod Arena, un polideportivo transformado en un inmenso dormitorio. Cientos de camas metálicas fueron instaladas, para que duerman en ella los desplazados.
"Señor Putin, cuide de nosotros"
Margarita Nikolaeva esperaba que la ofensiva en Ucrania terminara pronto. Finalmente, esta mujer de treinta años se decidió el jueves a abandonar Shebekino con su marido y sus dos hijos de nueve y once años, aprovechando una "breve pausa" en los bombardeos.
"Estabamos en el sótano de las tres a las seis de la mañana. Cuando se calmó la situación nos subimos al coche, tomamos las mascotas y los niños y nos fuimos", cuenta Margarita, oriunda de Siberia, que se había mudado aquí hace tres años.
Evgueni Kliuchnikov, un reponedor de 44 años, habitante de Shebekino, no ha dormido apenas desde hace dos días por culpa de los "incesantes" bombardeos sobre la ciudad. El jueves se dijo que ya era suficiente y se marchó a Belgorod en autobús.
"Si el gobierno no nos ayuda a reconstruir y no nos da alojamiento, todos los habitantes (de Shebekino) se verán sin techo", afirma. Según él, su ciudad es ahora un lugar fantasma sembrado de cráteres abiertos por las bombas.
Los evacuados con los que AFP habló dicen estar satisfechos de su acogida en Belgorod, organizada de manera tranquila y profesional. Muchos elogian al gobernador regional, Viacheslav Gladkov, y todos afirman que quieren volver a sus casas.
"Me dirijo a nuestro gobierno, al señor Putin. Cuide de nosotros. Nosotros, los habitantes de Shebekino, hemos perdido todo, e incluso la esperanza", dice Nadezhda Otstavnaia, una pensionista de 63 años que huyó con su marido de unos bombardeos que califica de "espantosos".
Ksenia, una vendedora de 31 años, abandonó la ciudad con su marido, sus padres, su perro y sus gatos, y dice seguir confiando en una victoria del ejército ruso.
"Todo avanza según los planes", dice divertida, citando el estribillo de una conocida canción rusa.
"Esperemos que todo vaya bien y que los nuestros ganen, que los echen (a los ucranianos) y que volvamos a nuestras casas". (Con información de AFP)
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