Rusia comenzó hace semanas su ofensiva contra los opositores de Bashar al Asad en Siria movilizando parte de sus poderosas Fuerzas Armadas.
Bombardeos con aviones Sukhoi y misiles con un alcance de 2600 kilómetros combate a los rebeldes y al grupo terrorista Estado Islámico son parte de la estrategia de los hombres de Vladimir Putin.
Aún es temprano para determinar el efecto de la intervención rusa, pero no se puede negar que esta ha rebotado en todo el mundo.