Mientras el mundo veía cómo Nicolás Maduro juramentaba como presidente, también veían al juez encargado del evento, un hombre que fue condenado por asesinato y acusado de pertenecer a una banda criminal.
Nicolás Maduro juramentó para realizar su segundo mandato en Venezuela. Sin embargo, pocos se centraron en quien se encargaba de tomar el juramento, se trata del presidente del Tribunal Supremo de Justicia de este país, Maikel José Moreno Pérez, quien nadie se imagina, y pese a su investidura, posee un oscuro pasado.
Moreno Pérez es actualmente un peso pesado del Chavismo, y cuando fue designado en el Tribunal causó indignación en amplios sectores políticos y judiciales del país sudamericano, pues en los años ochenta protagonizó una serie de delitos.
En 1987 fue hallado culpable por el asesinato de una mujer cuando era oficial de la Policía Política Venezolana, por lo que pasó dos años en la cárcel hasta que un beneficio procesal lo reincorporó al cuerpo policial.
Sin embargo, en 1989 fue involucrado en la muerte de un hombre en una balacera ocurrida en Caracas por lo que fue retirado como agente de seguridad.
Tiempo después, se convirtió en abogado y trabajó en el Ministerio Público donde fue escalando posiciones. Esto pese a que fue acusado de pertenecer a la organización criminal la “Banda de los Enanos”, una presunta mafia judicial en el tribunal venezolano.
Como presidente del tribunal supremo ratificó una condena a 14 años de prisión al líder opositor Leopoldo López. Además, declaró en desacato a la Asamblea Nacional, en control de la oposición, y la única institución democrática que quedaba en Venezuela.
Al jurar su cargo prometió lealtad al Chavismo y al presidente venezolano Nicolás Maduro. Hoy cumple eficientemente su labor.
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