Definitivamente la respuesta será NO se debe de gritar a los niños. Nada justifica que un padre "eduque" a sus hijos por el orden de la violencia, el desamor, y a gritos.
Vivimos en una cultura de ruidos, de gritos, de escándalo, donde eso forma parte de nuestro día y a día y lo hemos incorporado en nuestra vida como si fuera algo normal o saludable.