Los gritos en la pareja

Las discusiones y las conversaciones terminan siendo evitadas por temor a que se transforme en algo más grande que implique en algún momento exabruptos mayores. 

Todos sabemos lo dañino que son los gritos en la comunicación humana, que es una manera de agredir a la persona que está frente a nosotros y que a su vez destruye todo lo que está a nuestro alrededor.

Podría afirmar que vivimos en una cultura de ruidos, de gritos, de escándalo, donde eso forma parte de nuestro día y a día y lo hemos incorporado en nuestra vida como si fuera algo normal o saludable.

Esto hace que las parejas incorporen este modo de comunicarse, iniciando el camino a la agresión y al deterioro dentro de ellos mismos. Una cosa es hablar alto, pero otra es gritarse. Por lo general, estos gritos van acompañados de insultos, ademanes e ira cuando no de golpes.

Cuando uno le grita a su pareja es como si le lanzara una piedra, una verbal que duele tanto como la del suelo, sobre todo hiere el alma, daña la autoestima, ahuyenta el deseo e incluso puede destruir el amor de manera irreversible. No puedes amar, a la larga, a quien te grita.  Y esto que acabo de decir es fundamental pues los gritos terminan por matar el deseo, el respeto y la ilusión. 

Por otro lado, cuando una pareja está acostumbrada a gritarse, el nivel de agresión llega a estresar a los demás miembros de la familia y la mayoría de veces los hijos, padres o parientes con quienes convive desarrollan estados de angustia.

La angustia surge porque los gritos hablan de:

Una persona que no se controla

Una persona que amenaza

Una persona que no escucha

Una persona capaz de lastimar a otra

Una pareja que se grita siembra el miedo dentro de ella y lamentablemente esto suele terminar en verdaderas agresiones.

Generalmente estas parejas tienen una primera etapa, que es sutil pues empiezan por levantar la voz, poco a poco toma la forma de agresión. Estos gritos terminan siendo atentados contra la autoestima de la persona agredida o de ambos que se agraden empezando por ridiculizase, reírse de sus opiniones y llegar al desprecio incluso delante de terceros.

Creo que cuando dos personas están  molestas, sus corazones también lo están y para tener algún tipo de cercanía y cubrir esa distancia deben gritar y creen que solo así pueden escucharse. Mientras más molestos estén, más  y más fuerte se gritarán para escucharse el uno al otro.