¡Adiós religión, bienvenida espiritualidad!
Es fundamental distinguir bien entre moral y ética si queremos distinguir entre religión y espiritualidad, y liberarnos de los yugos de los sistemas de reproducción, sometimiento, control y exclusión que crean las guerras en nombre de Dios, la Verdad, la Patria y el Bien. En época de las ciencias, la globalización y el peligro de colapso ecológico general, urge cultivar la espiritualidad, no la religión, si queremos salvar a la humanidad.