Pobladores recuerdan la vista del papa y su mensaje de paz ante miles de fieles llegados de todo el país.
Trujillanos celebran con gran emoción que el papa Juan Pablo II, el único Sumo Pontífice que llegó a Trujillo, sea declarado como santo de la Iglesia católica; luego que el papa Francisco promulgara el decreto por el que se reconoce un segundo milagro por la intercesión de Karol Wojtyla (1920-2005).
Un 4 de febrero de 1985 a las 10 de la mañana, Juan Pablo II arribó a la ciudad de Trujillo en medio de la multitud que había llegado de todas las provincias y distritos del Perú. Luego se trasladó al Palacio Arzobispal, donde permaneció hasta las 3 de la tarde.
El mensaje que dio a todos los trujillanos en aquella plaza –hoy conocida como óvalo papal-, era: “La paz debe llegar por la vía del diálogo y no de la violencia”, profetizando que Trujillo se iba convertir una de las ciudades con mayor delincuencia.
El entonces alcalde de Trujillo, Dr. Luis Santa María Calderón, entregó en Roma a Juan Pablo II, el Escudo de la ciudad, distinción que la máxima autoridad eclesiástica recibió con humildad. “La emoción era inmensa, su presencia, el tenerle las manos por varios minutos, recibir en su mirada y sonrisa, fue una gracia, que la recordaré para siempre.
En declaraciones a RPP Noticias, Santa María Calderón dijo que Juan Pablo II realmente transmitía bondad y sencillez y que Trujillo se preparó de forma única para recibirlo desde el aeropuerto, en la plaza de los papas y un enorme estrado en lo que hoy es óvalo papal.
La Arquidiócesis de Trujillo aún guarda los muebles que utilizó el siervo de Dios durante las horas que permaneció en la sede Palacio Arzobispal. En su habitación está la cama, las toallas, el sillón, la lámpara, así como el solideo donado en vida al arzobispo, monseñor Miguel Cabrejos, en su visita a Roma.
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