Regidores no se cansas de gritarse e insultarse durante sesiones de concejo.
El escándalo en la ciudad de Chiclayo, no solo está en la ex gestión de Roberto Torres Gonzáles, sino que continúa latente en las sesiones de concejo del municipio, donde los regidores se insultan, pronuncian groserías sin resolver los problemas que atraviesa toda la ciudad.
Para muchos cada sesión de concejo es una verdadera función de circo y no es para menos, ya que esta vez los concejales se llamaron “sinvergüenzas”, “corruptos”, “ignorantes”, entre otras frases que dejan muy mal parada la gestión transitoria.
Todo comenzó en la sección pedidos cuando la regidora, Celinda Ortiz, levantó la voz para pedir explicaciones por la ausencia del nuevo gerente y de presuntas vinculaciones de nuevos funcionarios con allegados a la alcaldesa.
“Yo tengo que ponerme de pie por qué no me dejan hablar, el municipio no es tu chacra, yo tengo que hablar para desasnarlos a todos”, dijo en tono muy enfático.
A su turno la regidora Sheyla Fernández llamó sinvergüenza a la su colega, por su actitud altanera, cuando la reunión de los concejales ameritaba más atención por el tema medular que preocupa a la ciudadanía, que es el pago urgente a los salarios de los obreros. “Cállate deja hablar a los demás”, alcanzó a decir.
La sesión se vio matizada de muchos gritos y al final solo se aprobó el cobró para el ingreso al Muelle de Pimentel.
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