La minería ilegal depreda y deforesta cerca de medio millón de hectáreas en cinco áreas protegidas de las regiones de Huánuco y Ucayali, según han revelado las autoridades. Esta es la zona donde está creciendo de manera acelerada esta actividad ilícita.
Por: Diego Cáceres
Cinco áreas naturales protegidas en las provincias de Puerto Inca en Huánuco y Coronel Portillo en Ucayali, son afectadas por la deforestación a causa de la minería ilegal y son las nuevas zonas del Perú en las que se desarrolla esta actividad, según información del Ministerio de Ambiente. En estos lugares también hay narcotráfico y tala ilegal, de acuerdo con la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Ucayali.
RPP participó, junto con autoridades y especialistas, de un sobrevuelo de las zonas más afectadas y pudo ver en exclusiva la actividad minera ilegal en plena selva peruana en busca de oro sobre la Reserva Comunal El Sira, el Parque Nacional Sierra del Divisor, la Reserva Indígena Isconahua, y las Áreas de Conservación Regional Imiría y Alto Tamaya - Abujao. Martín Arana, especialista de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible, detalla las consecuencias de la deforestación.
“A nivel de toda la Amazonia, las provincias de Puerto Inca en Huánuco y Coronel Portillo en Ucayali, son las dos que registran la mayor cantidad de deforestación y perdida de bosque acumulada desde el año 2022. Entre ambas suman más 500 mil hectáreas que han sido deforestados, debido a una serie de actividades ilícitas. Estamos hablando de minería ilegal, cultivos de hoja de coca”, manifestó.
Operativos infructuosos
En el año se han desarrollado 40 operativos denominados de interdicción, para combatir la minería ilegal, pero sin éxito, debido a que algunos pobladores alertan a los delincuentes, según señala José Luis Guzmán, fiscal coordinador de la Primera Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Ucayali.
“Ante la no presencia del Estado y ante un ingreso que nunca han tenido, por parte de minería ilegal, es lo que estas personas apoyan esa acción ya que tienen un recurso de ingreso. Es un poco del problema social que se da al combatir este ilícito en el punto”, expresó.
Pero no solo hay alerta en Huánuco y Ucayali. En la provincia de Maynas, Loreto, la minería ilegal está apostada en una parte del río Nanay, un afluente del río Amazonas, mediante dragas que succionan el mineral. Pero también se realiza en la provincia de Putumayo, en la frontera con Colombia, donde además se combina con el narcotráfico a partir de la siembra de hoja de coca, según señala Miguel Manihuari, dirigente de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO).
“Mas que todo el narcotráfico y las concesiones forestales que da el Gobierno Regional, bastante se ha extendido por el Amazonas, el narcotráfico y la tala ilegal de la madera. Concesionan pero no sacan la madera de sus concesiones sino de territorios no concesionados”, indicó.
Daños a la biodiversidad
La destrucción de los bosques genera un daño irreparable a la biodiversidad, indica Torstein Taksdal, consejero de cambio climático de la embajada de Noruega.
“La minería ilegal y el cultivo de coca está provocando deforestación y eso va a traer consecuencias dramáticas como la aceleración del cambio climático que nos afecta a todos, también la reducción de lluvias, la precipitación, que afecta negativamente a la agricultura y la producción alimentaria”, señaló.
Si antes preocupaba lo que ocurría en La Pampa, zona agredida por la minería ilegal en Madre de Dios, ahora el estado peruano debe poner los ojos en la selva más al norte. Según el MINAM, desde finales de los noventa hasta 2017, la minería ilegal contaminó con más 3 mil toneladas de mercurio los ríos amazónicos, lo cual ha generado un grave impacto en la biodiversidad y las comunidades indígenas.
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