Nacimiento characato, un singular pesebre arequipeño

Los arequipeños no solo tienen su propia cerveza, Arequipeña, y su propia gaseosa, Escocesa, también tienen su propio belén: el “Nacimiento Characato”, un singular pesebre que rescata la identidad cultural de la ciudad sureña.

Este misterio está conformado por siete piezas: San José, que es un “loncco” o “chacarero”; María, representada por una lechera vestida con falda y mandil y el Niño Jesús que está desnudo y boca abajo. Completan este pesebre, el burrito, la vaca, una oveja y la cuna.

Se cuenta que este peculiar misterio fue creado hace más de 17 años por el ceramista cusqueño Eduardo Gonza Aragón, quien se inspiró en las tradiciones e identidad arequipeña. Sin embargo, el hombre que masificó su producción fue el artesano Don Bernardino Arce Corimaya.

Este conocido artesano inició la reproducción del nacimiento a escala. Los hace de diferentes medidas, desde miniaturas de 3 centímetros hasta grandes belenes de 30 centímetros de altura, cuyo costo oscila entre los S/.5 y S/.100.

Las piezas están hechas a base de arcilla y están cocidas a alta temperatura, además los personajes están vestidos a la usanza “mistiana” donde no podía faltar el típico sombrero de ala ancha.

“Este nacimiento rescata las raíces de la cultura de Arequipa, es por eso que tenemos mucho cuidado con los detalles de cada personaje”, afirma Don Bernardino. Y es que, por ejemplo, San José que es el típico loncco tiene bigote y patillas largas y María lleva mandil rojo.

Este año este ceramista ha agregado un plus a este Misterio. Ha lanzado al mercado a los “tres reyes magos characatos” que complementan a la singular familia.

Estos nuevos personajes están vestidos con poncho color beige y uva, y como ofrendas al Niño Jesús llevan una chomba de chicha, un cántaro de leche y vegetales con un plato de rocoto relleno, y una ovejita.

Don Bernardino afirma que este típico nacimiento es muy atractivo entre los turistas nacionales y extranjeros es por ello que para esta Navidad alista más de 300 juegos.

“Para tener listos los nacimientos en diciembre, trabajamos en el taller desde el mes de agosto. Es un trabajo muy delicado pero lo hacemos con mucho gusto”, dice.

Por: Kelly Castillo

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