Miles de familias venezolanas han llegado al Perú huyendo de la crisis económica y social de su país. RPP Noticias te muestra la historia de cómo sus hijos se integran al sistema educativo peruano.
Eugenia nació en Venezuela, tiene 15 años y a inicios de 2017 llegó a Lima junto a su madre y su padrastro. Cuenta que un día le apuntaron con una pistola y le robaron en las calles de Barquisimeto. Luego de ese mal momento, su familia decidió mudarse al Perú.
Ella es una de los seis mil venezolanos que han llegado al país en los últimos dos años, según cálculos de la Oficina de Migraciones. Muchos han venido con sus hijos, escapando de la crisis social, política y económica que vive el país. Para los adultos no ha sido fácil adaptarse a la vida laboral, como no lo ha sido para los niños adaptarse a los colegios peruanos, con otros cursos y otro ritmo.
Su historia en el Perú
Eugenia cursa el tercer año de secundaria en el colegio Roque Sáenz Peña de San Miguel, junto con otra docena de niños venezolanos. “Los cursos son algo que te cuestan. De Historia del Perú no sé mucho. Lo bueno es que los profesores han encontrado métodos para ayudarnos”, cuenta Ryan de 16 años. El curso de inglés también es una novedad para ellos. En Venezuela no suele enseñarse este idioma en los colegios públicos, pese a que es obligatorio.
A pesar de que estos chicos son bienvenidos por sus compañeros, la adaptación es un proceso que no termina. El deporte más popular en Venezuela es el béisbol, y los niños venezolanos que estudian en el Roque Sáenz Peña han tenido que aprender a jugar fútbol en el patio de su nuevo colegio. “En Venezuela son puro béisbol. Aquí me estoy acostumbrando al futbol de la calle”, cuenta Adrián, un niño de 12 años que en un mes en Perú ha jugado más fútbol del que practicó en toda su vida.
Sobreviviendo en Lima
La situación está lejos de ser ideal. Muchos venezolanos viven con poco dinero y en algunos casos los hijos deben compartir su tiempo entre el estudio y el trabajo, como Ryan. “Estudio de lunes a viernes y los fines de semana trabajo en Surco como ayudante de una librería”, comenta. Al igual que él, su padre trabaja todo el día para que puedan cubrir sus necesidades y enviar dinero a su esposa en Venezuela.
Un estudio sobre educación escolar realizado por Unesco en 2014 indica que los niños migrantes en Latinoamérica alcanzan menores niveles de desempeño académico que los niños no migrantes. Según este organismo internacional, este menor desempeño, podría explicarse considerando las variables de nivel socioeconómico y educativo de los padres. Por eso, propone que se ejecuten políticas públicas y sociales para los migrantes de la región.
Protección del extranjero
La directora del colegio, Leslie Cautín, explica que en Perú sí hay una política pública para el migrante. Este es el Convenio Andrés Bello, que nuestro país firmó en 1970 con otros 12 de la región, y permite a los niños que han llegado de Venezuela matricularse en primaria y secundaria en los colegios públicos, siempre que haya cupos y que lo hagan antes de mitad de año.
“Este convenio nos pauta seguir dos rutas: cuando los padres certifican el grado de estudios con los documentos del país de origen, el ministerio de Educación remite una resolución de convalidación que les valida el último año cursado en el país de origen”.
Pero muchos extranjeros no cuentan con estos papeles porque la burocracia en Venezuela demora el proceso. Cautin explica que hay otra alternativa: “Para los que no certifican, se deben presentar al ministerio de Educación y este solicita una prueba de ubicación en la institución educativa, acorde al resultado se le ubicará en el grado correspondiente”.
Eugenia quiere ser odontóloga y ya no quiere vivir en Venezuela. Ryan aún no sabe qué quiere estudiar en la universidad, pero sí sueña con volver a su país cuando acabe la crisis. Esa es una decisión que estos niños tendrán que tomar cuando sean grandes.
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