En medio siglo, el país ha perdido más del 60% de sus glaciares. Y la tendencia es cada vez más grave.
(EFE / Fernando Gimeno). Perú es considerado el tercer país del mundo más vulnerable al cambio climático. ¿Cuáles son las consecuencias? En 55 años ha perdido el 61% de los 1,035 kilómetros cuadrados de glaciares que tenía en 16 cordilleras nevadas, derretidos por el calentamiento global, lo que provocará desbordes de lagunas y escasez de agua.
Según una reciente investigación del Instituto Nacional de Investigación en Glaciares y Ecosistemas de Montaña (Inaigem), los glaciares que coronan los Andes peruanos se encuentran en proceso de extinción. Desde 1962 han perdido un promedio anual de 11,5 kilómetros cuadrados.
Caso emblemático. Pastoruri está a 5,200 metros de altitud en la Cordillera Blanca. Hasta hace pocos años se celebraban ahí competiciones internacionales de esquí. Ahora su glaciar languidece y las visitas han tenido que restringirse para no acelerar más su degradación.
Los siguientes glaciares en desaparecer están en la cordillera de Chila, también en Arequipa. Sus aguas son la naciente más lejana del río Amazonas, y donde apenas quedan 200 metros cuadrados, al haberse perdido el 99% de los cerca de 34 kilómetros cuadrados de hielo que había a mitad de siglo XX.
Los glaciares situados a menor altura y con menor masa de hielo son los más afectados por el calentamiento global. Los de mayor altura y de mayor tamaño son de momento los más resistentes, como el Huascarán, la montaña más alta de Perú con 6,768 metros, y la cordillera del Huayhuash, dijo a EFE el presidente ejecutivo del Inaigem, Benjamín Morales.
Posibles desastres. El vertiginoso deshielo ha provocado que muchas lagunas que acumulan el agua procedente de los glaciares estén casi al límite de su capacidad, lo que implica un gran riesgo de desastre natural ante eventuales desbordes.
"Perú es el primer país del mundo en catástrofes de origen glaciar", apuntó Morales, por la proximidad de su población con las grandes masas de hielo y los lagos.
Ese es el caso de la laguna Palcacocha, situada en las alturas de la ciudad de Huaraz, capital de la región Áncash. Su posible desborde arrasaría un área habitada por 50,000 personas, como ya ocurrió en 1941, cuando un aluvión, causado por la caída de un enorme bloque de hielo a sus aguas, dejó al menos 4,000 muertos.
Agua para pocos. En Áncash se han construido algunos diques para evitar este tipo de desastres, y esta semana una delegación de autoridades de Nepal los visitará para conocer las experiencias peruanas de mitigación del cambio climático en estos ecosistemas glaciares.
Otra dramática consecuencia de la reducción de los glaciares es la escasez de agua que soportarán las poblaciones altoandinas, factor que puede desencadenar en conflictos sociales, según el presidente del Inaigem, quien recomienda construir embalses para poder aprovechar el agua perdida por el glaciar.
Comparte esta noticia