El último sismo más destructivo que tuvo el Perú y que causó casi 600 muertos ocurrió hace 18 años, un 15 de agosto del 2007, que se sintió en gran parte del Perú. Nuestro corresponsal Edwin Herrera visitó la ciudad para ver cómo se ha reconstruido.
Por: Edwin Herrera, desde Pisco.
15 de agosto del 2007. 6:40 de la tarde. Pisco se empieza a sacudir con un sismo de magnitud 7.9 que remeció no solo a esta ciudad, sino también toda la región a Ica, Lima, Huancavelica, Arequipa y que fue sentido en gran parte del país. Fue el último terremoto que causó gran cantidad de fallecidos: 595, según Indeci, 2291 heridos y alrededor de 450 mil personas damnificadas.
Dieciocho años después, un equipo de RPP Noticias llegó hasta Pisco para conocer cómo avanza la reconstrucción de esta ciudad marcada para siempre por esta tragedia.
Cuando uno ingresa a Pisco, el visitante se encuentra con escenas que parecen congeladas en el tiempo. La antigua municipalidad, aún en ruinas, pero no habitada, permanece como un símbolo del terremoto. A su lado, se alza imponente la nueva iglesia de San Clemente, reconstruida sobre el mismo terreno donde decenas de personas perdieron la vida aquella tarde. El alcalde de la provincia, Pedro Fuentes Hernández, reconoce que, si bien hay avances, la reconstrucción ha sido lenta.
"En estos momentos estamos, yo considero un 90%, algunas zonas que son los conos, como se le podría decir, que todavía tienen la necesidad de servicios básicos en ese aspecto, y dos colegios que sí fueron afectados: uno que se está interviniendo, que son Botones Rojos, por el sector de la playa, y a nivel primaria y secundaria, que es un colegio que queda en La Pascana. Así que eso está todavía está afectado", indicó la autoridad.
A solo cinco minutos del centro, el panorama cambia drásticamente. Luego del sismo, cerca de mil familias que perdieron sus casas fueron reubicadas de forma temporal en el asentamiento humano El Molino. Ahí se instalaron hace dieciocho años para vivir en casas de madera, esteras y calamina. Sin embargo, hasta ahora no mejoran sus condiciones de vivienda y tampoco tienen acceso a agua potable, desagüe ni títulos de propiedad, según denuncia María More Sandoval, vecina del lugar.
"Lamentablemente ya llevamos 18 años; no tenemos apoyo de las autoridades, ya que los alcaldes que han pasado solamente han visto favorecimiento para para su bolsillo, ya que en nuestro tiempo todavía no contamos con agua, ni desagüe, ni contamos con título de propiedad. Y estamos esperando resultados del alcalde, ya que siempre nos promete, pero nunca hace nada por el pueblo", señaló.

Si bien hay huellas del terremoto del 2007, la ciudad de Pisco muestra una cara distinta: centros comerciales nuevos, un terminal portuario moderno y construcciones más seguras que han resistido sin problemas otros sismos de magnitud 5 o 6 que han ocurrido en la provincia. Julieta Alva, representante de la Cámara de Comercio de Pisco, cree, sin embargo, que falta camino por recorrer.
"Pero aún nos falta. Ahí tenemos mucho todavía por hacer, y en ese sentido sí haría un llamado a un sincero compromiso por parte de las autoridades para trabajar, de manera conjunta, con un propósito único y sostenible en el tiempo, que apunte a mejores oportunidades o más oportunidades de los pisqueños y de las pisqueñas, y fortalecer esta capacidad de resiliencia", precisó.

Aquel terremoto que oscureció el cielo de esa tarde de un día miércoles y que levantó una nube de polvo que cubrió la ciudad, entre gritos de desesperación y llantos, dejó una huella de dolor, pero también de aprendizaje. Cada 15 de agosto, Pisco y otras ciudades de la región Ica conmemoran la fecha y realizan simulacros para concientizar de que el Perú no deja de ser un país vulnerable a los sismos.