Fieles de diversas partes del país siguieron a la sagrada imagen en su vía crucis hasta el cerro más alto de la ciudad de Puno.
Como cada Viernes Santo, en Puno se realiza la peregrinación del Señor de la Caída, una antigua imagen religiosa que representa el sufrimiendo de Jesucristo cargando la cruz. Esta procesión congrega a cientos de fieles de diversas partes del Perú.
A las cuatro de la madrugada, los devotos, encabezados por el párroco del Santuario de la Virgen de la Candelaria, Alfredo Húngaro Curasi, se reunieron para empezar la escenificación del tradicional Vía Crucis.
Los feligreses salen del santuario y movilizan la sagrada imagen a través de 12 estaciones de la pasión de Cristo, ubicadas en las calles aledañas al templo, hasta llegar al cerro Azoguini, el más alto de la ciudad.
El recorrido puede tardar unas dos horas, durante las cuales los devotos se congregan a entonar cánticos y rezar pidiendo por el bien de sus familiares y el perdón de sus pecados.
Al llegar al calvario, ubicado en la cima del cerro Azoguini a 4,100 metros de altura, los pobladores encienden velas, recogen yerbas medicinales y construyen casas en miniatura a base de piedras como un símbolo de buena suerte y esperando que se haga realidad su deseo. "Lo hacemos con toda fe para que nos vaya bien, para que Dios lo pueda bendecir", explicó una devota embarazada, quien cree que "los milagros" del Señor de la Caída se cumplen.
Al promediar las nueve de la mañana, la peregrinación llegó a su fin y la imagen se regresó al Santuario de la Virgen de la Candelaria, donde se esperaba una misa a las 3:30 de tarde como parte de las festividades por Semana Santa. La celebración de la pasión de Cristo continúa hasta la noche, cuando se realiza una última procesión por las principales calles puneñas.
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