Después de una fallida alianza con el Partido Popular Cristiano, el líder de Alianza Para el Progreso (APP) tentará por segunda vez la presidencia de la República. Convencer al electorado limeño y conseguir una audiencia favorable en las redes sociales son sus retos.
El 17 de octubre pasado, cinco días después de haber sellado un acuerdo político con el Partido Popular Cristiano (PPC), Alianza Para el Progreso (APP) anunció que rompía el pacto. Que luego de una profunda evaluación se veían obligados a desistir. En los días anteriores se habían filtrado unos audios de la cúpula pepecista donde no se referían en los mejores términos al líder de APP, César Acuña. Con ello, se cerraba el telón de la alianza más visible en el horizonte de las próximas Elecciones 2021.
César Acuña, de 68 años, fundó Alianza para el Progreso en 2001. Contaría años después que tomó el nombre de un plan para América Latina ideado por el expresidente estadounidense John F. Kennedy. Para aquel entonces, Acuña ya había tenido sus primeras experiencias electorales. Postuló al cargo de diputado en 1990 por el Acuerdo Socialista de Izquierda (ASI) de Alfonso Barrantes, exalcalde de Lima. Y en el 2000 fue electo por primera vez como congresista por Solidaridad Nacional.
A la par de su carrera política, Acuña forjó un consorcio universitario. El tercero de doce hermanos, natural del caserío de Ayaque, distrito de Tacabamba, provincia de Chota, Cajamarca, viajó a Trujillo cuando cumplió la mayoría de edad para seguir sus estudios universitarios. Estudios cuya legitimidad sería cuestionada a lo largo de su vida. En 1980 fundó la Academia Pre Universitaria Ingeniería, en 1991 la Universidad César Vallejo, en 1996 el Club Deportivo Universidad César Vallejo, en el 2001 la Universidad Señor de Sipán en Chiclayo, en el 2004 el Harvard College en Piura y el Colegio-Academia Ingeniería en Trujillo, y finalmente en el 2007 la Universidad Autónoma en Villa El Salvador.
Si ya había militado en dos agrupaciones que se encuentran en dos orillas políticas como el Acuerdo Socialista de Izquierda y Solidaridad Nacional, en el 2001 Acuña se adhirió a Unidad Nacional, partido con el que fue elegido para su segundo periodo parlamentario hasta el 2006. Ya bajo el paraguas de su partido Alianza para el Progreso, Acuña fue dos veces alcalde de Trujillo (2007-2014), apoderándose de un bastión que históricamente había sido del Apra. En esa misma curva ascendente, en el 2015 ocupó el cargo de gobernador regional de La Libertad. Acuña no completaría ni el año de gestión, pues renunciaría para postular a la presidencia de la República en las Elecciones Generales de 2016.
Elecciones donde en algún momento de la campaña se ubicó en el segundo lugar en intención de voto con un 13%, según una encuesta de Ipsos Perú. Sin embargo, su candidatura quedó sin efecto por entregar dinero a potenciales electores en un mercado, en Chosica. Acuña había violado la Ley de Partidos que en su artículo 42 señala que está prohibida la entrega, promesa u ofrecimiento de dinero de parte de los candidatos, ya sea de manera directa o indirecta. Un mes antes de las votaciones, el Jurado Nacional de Elecciones lo excluyó por unanimidad.
Antes de ser descalificado de la contienda, César Acuña afrontó denuncias por plagios en trabajos académicos con los que obtuvo el grado de doctor en la Universidad Complutense de Madrid, y el máster en la Universidad de Lima y en la Universidad Los Andes de Colombia. La Universidad Nacional de Trujillo abrió una investigación para certificar si había habido fraude en la obtención de su título de ingeniero químico en 1995. Asimismo, el profesor universitario Otoniel Alvarado denunció que Acuña se había apropiado de un libro suyo, publicándolo bajo su autoría con el fondo editorial de la Universidad César Vallejo.
“Todo se ha archivado y se ha demostrado que ha sido una anticampaña de grupos de poder que les duele que una persona emprendedora y provinciana gobierne el país”, comentó a RPP Noticias César Vásquez, gerente general de APP. Con más distancia del tema, el politólogo José Alejandro Godoy considera que si bien varios de estos procesos quedaron entrampados en el Poder Judicial, en esta campaña podrían volver a salir a la superficie.
“En los sectores medios y altos de la capital, la imagen de Acuña no es precisamente la mejor. No se le percibe como alguien confiable. En algunos casos, hay que decirlo, también hay discriminación racial. Tampoco ha sabido armar un discurso para los emprendedores de Lima Norte, Lima Este, Lima Sur, donde curiosamente se encuentran las universidades de su grupo empresarial. Si bien con el tiempo ha podido aminorar el impacto de los plagios, carece de capacidad de reacción. Y si no ha mejorado en eso, probablemente correrá el mismo destino de la campaña anterior”, explica Godoy.
En esta campaña atípica, donde no habrá mítines multitudinarios a causa de la COVID-19, el terreno de las redes sociales y la virtualidad tendrán un gran protagonismo. Terreno donde Acuña no goza de la simpatía mayoritaria. “Hay un estigma contra él, pero sabremos revertirlo”, comenta César Vásquez. Alianza para el Progreso, en las elecciones regionales y municipales de 2018, obtuvo 1770 autoridades elegidas en todo el país.
Tras haber quedado disuelta la efímera alianza con el Partido Popular Cristiano, César Acuña no podrá cerrar algún otro pacto debido a que los plazos electorales ya se vencieron. Al igual que en el proceso anterior, su reto será convencer al electorado limeño, como lo hizo en la costa norte donde su agrupación posee un gran arraigo. En su plancha presidencial lo acompañan María del Carmen Omonte y Luis Iberico.
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