La pobreza en las zonas rurales es incluso mayor que en las grandes ciudades del Perú. Con las Elecciones 2021 programadas, conozcamos qué debe tener en cuenta el próximo presidente del Perú para promover la economía en los lugares más alejados del país.
La pobreza en el país aumentaría a 27% este año y la pobreza en las zonas rurales abarcaría al 45% de esta población, esto debido principalmente a los efectos de la COVID-19 en el país, de acuerdo a un informe de la consultora económica Macroconsult. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), al 2019, la tasa de pobreza monetaria en el país rondaba el 20%, mostrando una caída sostenida en los últimos 10 años.
Sin embargo, cuando se diferencia la pobreza en zonas urbanas de las zonas rurales encontramos que, la primera estuvo en 14%, mientras que la segunda rondó el 41%. Es decir, en el 2019 por cada persona pobre en zonas urbanas había 3 en las zonas rurales, lo que deja ver que la situación de la pobreza es un problema anterior a la pandemia y evidentemente más profundo que la cifra nacional.
Federico Arnillas, presidente de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza, detalla que, “en el caso de la sierra rural, para el año pasado, la incidencia de pobreza monetaria estaba en 45.2% y en la selva rural en 37.2%, en cambio la costa urbana tiene incidencias de pobreza de 12%. De hecho, los departamentos con mayor incidencia de pobreza justamente se caracterizan por esta condición de ruralidad. Como es el caso de Cajamarca, Huancavelica, Ayacucho y Puno que están en rangos superiores al 30% de pobreza”.
Por su parte, la exministra Carolina Trivelli sostiene que si bien la pobreza rural peruana ha venido decreciendo marcadamente en los últimos 15 años, la cifra actual seguía siendo muy alta antes de la COVID-19. “En el 2005 más del 80% población rural estaba en situación de pobreza monetaria. Con la pandemia la pobreza rural sin duda va a crecer. Muchos agricultores se han quedado sin recursos y van a sembrar menos, por lo tanto, la recuperación no va a ser tan rápida. Además de trabajar en la agricultura, los hogares rurales realizan actividades fuera de sus predios, como obras de construcción en las capitales de su distrito y eso desapareció durante las cuarentenas”.
Federico Arnillas agrega que el factor de la migración de retorno de Lima y hacia las capitales provinciales desde las zonas rurales ahonda el problema. “Esta mayor presencia de población ha presionado sobre recursos que eran ya limitados en los hogares, en esta mezcla de no poder salir a las calles con tus productos y que tienes nuevos miembros en el hogar, se habla ya de descapitalización porque las semillas que tenías para sembrar se vuelven alimento y se generan presiones sobre la próxima campaña agrícola”, indicó.
INDICADORES DE POBREZA
La forma en la que comúnmente se interpreta la pobreza es a través de la pobreza monetaria, que es la capacidad de las familias para acceder a una canasta básica de bienes y servicios. Sin embargo, los indicadores multidimensionales identifican las carencias en diferentes aspectos como salud, educación y calidad de vida, entre otros.
En este sentido, el acceso a servicios básicos también grafica la situación económica de una población. Para Carolina Trivelli, en las zonas rurales este panorama es mucho más preocupante porque, “hay muchas zonas rurales en el Perú donde la gente tiene dinero en el bolsillo, puede pagar sus alimentos, pagar el transporte mínimo, etc. Pero eso no le garantiza condiciones de vida que le permitan desarrollar todo su potencial y darle servicios de calidad a su familia. No hay un hospital cerca, no hay una carretera por lo tanto no puede movilizarse adecuadamente, no hay una educación de calidad para sus hijos, no hay secundaria en su pueblo, y eso no lo puede comprar así tenga mucho dinero”.
Trivelli agrega que casi 70% de los hogares rurales tienen agua que llega en un tubo hasta su vivienda, sin embargo, solo 3% de estos hogares que tienen agua potable reciben agua con la adecuada cantidad de cloro, es decir, agua limpia. Cabe señalar que a estos indicadores se suma la situación del plan nacional de vacunación de este año a raíz de la pandemia y el estado de la brecha digital de cara al acceso a las clases virtuales en las zonas más alejadas del país. “Tiene que haber un paquete mínimo de infraestructura que permita sobre eso construir opciones de generación de ingreso, de resiliencia, de bienestar adecuadas”, indicó.
¿QUÉ DEBEMOS ANALIZAR EN LA CAMPAÑA ELECTORAL?
Junto con mejorar la calidad del acceso a los servicios básicos, el próximo gobierno deberá brindar mejores herramientas a la población rural para mejorar su productividad e ingresos. Sobre la integración de Mypes rurales a las cadenas de valor con enfoque local o internacional, el ex ministro de Economía, Alonso Segura comenta que es necesario mejorar sus procesos productivos. “La agroexportación ha sido un caso de éxito en generación de valor de producción, empleo, exportaciones y ha crecido muchísimo en los últimos años, pero no ha sido muy exitoso en integrar pequeños productores a la cadena, eso se está viendo más en empresas (privadas) que articulan hacia atrás. Hay que ver mecanismos mediante los cuales se pueden acelerar estos procesos (de producción), eso tiene aristas de difusión de tecnología. Por ejemplo, el despliegue de cites es fundamental para darles las herramientas para que puedan estandarizar, lograr rectificaciones, estandarizar metodologías de cosecha, cultivo, lucha contra plagas, entre otros”.
Para Federico Arnillas, la cosecha del agua por la estrechez hídrica del país, la protección de los suelos y el mejoramiento del autoconsumo a través de la diversificación productiva son algunas de las acciones que debería tomar en cuenta el próximo gobierno para darle un desarrollo sostenible y eficiente a los negocios de la población rural.
Los electores debemos siempre tener en cuenta que gran cantidad de los productos con los que nos alimentamos diariamente viene de las zonas rurales del país, lo que convierte a esta zona en la más importante despensa de nuestras cocinas, por lo que el desarrollo del país no puede estar ajeno al de ellos. Preguntemos a los candidatos cuáles son sus planes para este sector tan importante de nuestra población.
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