Hace 26 años, el régimen de Fujimori anunció la disolución del Congreso y la intervención de diversas instituciones públicas. Cisneros rememoró cómo vivieron los peruanos esa fecha.
“Disolver temporalmente el Congreso de la República”. Difícilmente otra frase pueda asociarse más en el imaginario peruano a los hechos ocurridos el 5 de abril de 1992.
Ese día el Gobierno de Albero Fujimori decidió ejecutar el autogolpe de Estado, tema que trató Renato Cisneros en el editorial de Nada Está Dicho. El periodista rememoró los principales acontecimientos de esa fecha y aquellos que tuvieron lugar en los días siguientes.
"Como presidente de la República me he sentido en la responsabilidad de asumir una actitud de excepción para procurar aligerar el proceso de esta reconstrucción nacional por lo que he decidido tomar las siguientes trascendentales medidas. Primero: Disolver temporalmente el Congreso de la República. Segundo: Reorganizar totalmente el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, el Tribunal de Garantías Constitucionales y el Ministerio Público para una honesta y eficiente administración de justicia. Tercero: Reestructurar la Contraloría General de la República", dijo Fujimori en un discurso esa noche hace 26 años.
Para los que vivieron en el Perú de esos años, no será posible olvidar las imágenes que captaron el periodista audiovisual Gilberto Hume y la reportera de Univisón María Luisa Martínez del caos y la incertidumbre luego de la medida. Una de las más recordadas la del excandidato Fernando Olivera intentando atravesar el cordón de seguridad del Ejército para entrar de noche al Parlamento, diciendo “voy a mi casa, la casa de la ley, la casa de la democracia”.
Días siguientes
A la mañana siguiente, el Centro de Lima amaneció sitiado por tanques que patrullaban las calles y custodiado por militares, ante el desconcierto de los ciudadanos que no sabían si las jornadas laborales transcurrirían con normalidad.
En tanto, actores políticos como Raúl Ferrero, exdecano de Colegio de Abogados de Lima, siendo maniatado por policías y soldados que disparaban al aire para dispersar a la gente que defendía a Ferrero. También se pudo observar al entonces presidente del Senado, Felipe Osterling, se enfrentaba a los agentes del orden, mientras el senador Manuel Moreyra le pedía a la prensa que filmen esos momentos de tensión para que los peruanos pudiesen verlo.
Los periodistas que no se alineaban con el régimen de Fujimori también salían los días siguientes a pronunciarse en contra. Es el caso de Gustavo Gorriti quien había sido secuestrado por el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) y en ese momento conversaba con la prensa para dar detalles del encierro. O los periodistas Enrique Zileri, Fernando Ampuero exigiendo libertad de prensa. Muchos diarios al día siguiente se publicaron con páginas en blanco debido a la censura.
Vacancia de Fujimori
Fujimori salió a las calles al día siguiente para rodearse de la población que apoyaba la medida tomada. De acuerdo a encuentras del momento, 82% de los peruanos estaba a favor de esta decisión.
Solo años después se sabría que estas decisiones tenían el propósito de copar las instituciones, acabar con la independencia de poderes e iniciar un largo periodo dictatorial para respaldar las elecciones siguientes. “Por eso, aquí sí decimos claramente: 5 de abril nunca más”, sentenció Cisneros.
A pesar de la disolución, el Congreso siguió reuniéndose, inicialmente en secreto, y luego sesionando en la sede del Colegio de Abogados de Lima. En ese contexto decidieron declarar la vacancia de Alberto Fujimori y nombrar a su vicepresidente Máximo San Román como Presidente constitucional del Perú.
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