Tras unas semanas de uso, NIUSGEEK pone a prueba al reloj más completo de Fitbit con medidor de estrés, monitor de actividad electrodérmica y acceso a Fitbit Premium.
El “segundo aire” del mercado de smartwatches ha sido el análisis de la salud durante la pandemia. Ya Fitbit había anunciado, tras la presentación de su nueva línea premium Versa 3 y Sense, que la enorme cantidad de información que nuestro cuerpo genera puede ayudarnos a identificar patrones que nos ayuden a medir detalles de nuestra salud que no contemplamos, y el uso de estos wearables ayudaría a mejorar el reconocimiento y registro de esa información. Tras unas semanas de uso, NIUSGEEK comparte la reseña definitiva del Fitbit Sense, el reloj más completo de la nueva submarca de Google.
Estas son las especificaciones de la Fitbit Sense:
FITBIT | SENSE |
TAMAÑO | 40.48mm l x 40.48mm w x 12.35mm |
PESO | 28.3 gramos |
PANTALLA | AMOLED 1.58" 336 x 336 1000 nits |
SENSORES | RITMO CARDÍACO |
COMPATIBILIDAD CON EDA Y ECG | |
GIROSCOPIO, ALTÍMETRO Y ACELERÓMETRO | |
SATURACIÓN DE OXÍGENO | |
MEDIDOR DE LUZ Y TEMPERATURA CORPORAL | |
PROTECCION | 5 ATM |
CARGA | 1 HORA - 12 MINS DE CARGA: UN DIA DE USO |
SISTEMA DE CARGA | Pines magnéticos con cargador propietario USB |
CONECTIVIDAD | GPS | BLUETOOTH | NFC | WIFI N | |
COMPATIBIILIDAD | iOS 12.2 | Android 7 |
CORREA | S: 140 a 180mm | L: 180 a 220mm |
Estas son las cosas que debes saber del equipo
Un diseño más amable que el Versa. Estamos ante la gama alta de Fitbit, y el equipo destaca por la calidad de los materiales escogidos y lo bien que se siente al contacto con la piel. El Sense está rodeado por un anillo de acero inoxidable que realza sus esquinas y la pantalla, custodiada bajo una protección Gorilla Glass 3 de Corning, más resistente a los arañazos. En líneas generales, es un equipo más redondeado que el Versa 2 y con líneas más sutiles.
Pantalla AMOLED con buena visibilidad. En este caso, compartimos mucho de lo que vimos en el Versa 2, aunque los tonos mínimos por fin son un poco más amables al ojo en la penumbra. Contamos con un modo Always ON, pero reduce la carga a un par de días menos del promedio de uso. La pantalla reconoce bien el paso de los dedos para navegar sobre Fitbit OS.
Interacción con límites. En los laterales, el Sense esconde dos maneras de contacto. A la derecha, Fitbit añade un parlante para música y llamadas al lado de un micrófono, que nos permitirá interactuar con el asistente que escojamos – de momento, ni Google Assistant o Alexa funcionan en Perú desde este reloj -. Al otro lado, se elimina el botón físico y se virtualiza su presencia con un sistema háptico de respuesta. Ojalá, Fitbit añada el esperado soporte a los asistentes pronto, así como otras herramientas pendientes.
Más allá del software. Ya que menciono a Fitbit OS, no puedo agregar mucho más de lo que ya vimos en la reseña del Versa 2, pero si hay algunos cambios. Para empezar, un swipe a la derecha desde la pantalla principal nos lleva a los ajustes rápidos del equipo, mientras que un doble toque al botón virtualizado nos lleva a las 4 apps que más usamos, en función de nuestra configuración. Hacia arriba, encontramos un resumen de nuestra métrica diaria, hacia abajo las notificaciones y hacia la izquierda las aplicaciones que tenemos instaladas en el reloj. Lo usual. Eso sí, todo se siente más fluido y con íconos más cuidados.
Más trabajo en segundo plano. Es algo que me ha sorprendido mucho de este Sense. Casi nunca consultaba cosas en el equipo, y siempre lo hacía desde el smartphone. En otros relojes siempre he tenido una rutina contraria, pero aquí he notado que el dispositivo era más un recordatorio de actividades que una plataforma de contacto o consulta permanente. Usando el Watch3 de Samsung, por ejemplo, me era más fácil consultar correos o contenido desde el reloj que desde el smartphone. Aquí no. Es una de las grandes diferencias que he encontrado con otros dispositivos, pues el Sense se me hizo más un tracker que un smartwatch.
Tan enfocado a la salud como al deporte. No es una actividad que haya forzado, sino que, al tener tanta actividad en los sensores, el uso de este equipo fue más valioso para medir mi actividad física, mis pasos, horas de sueño y todos los parámetros que era capaz de medir. El equipo se preocupa más por mi que yo mismo en temas de recolección y análisis de datos, y siempre estaba listo para recibir un status veloz de mi actividad cardíaca o mis pasos en la misma pantalla. En este punto, sin embargo, hay otras condiciones adicionales:
Estrés. En este caso, la enorme cantidad de datos que el equipo es capaz de procesar se complementa con el sensor EDA para medir la actividad electrodermal. Despacio. Nuestro cuerpo reacciona distinto al estrés, y el Sense es capaz de medir nuestra repuesta a ese estrés con estos sensores que se añaden en los bordes de la pantalla. Ya sea con sesiones cortas o algunas guiadas más largas, podemos entender qué tan estresados estamos y desarrollar sesiones que encajen con nuestro tiempo y necesidad de balance.
Sueño. Con todos estos sensores, el Sense determina nuestro nivel de respiración y el ritmo cardiaco durante nuestras horas de sueño. Mide siestas, fases de sueño, y puntúa nuestra calidad de descanso en base a los parámetros de reparación, profundidad e inquietud mientras dormimos.
Temperatura. El fin de semana pasé por una fiebre rápida que me mantuvo con escalofríos durante la noche y el Sense registró un cambio en mi temperatura promedio, aunque nada preocupante. En el reporte diario se ve cómo mis parámetros habituales se elevaron ligeramente frente a otros días.
Ritmo cardíaco. Lo que hace genial a este dispositivo es la precisión con la que mide el ritmo cardíaco y complementa la información con otros parámetros para la elaboración de reportes. Más allá de los sensores, el Fitbit Sense armoniza la data y la unifica en diversas áreas de cuidado. Es, sin duda, el equipo con más dedicación a la data que vas a usar.
Pasos y altura. Además de cuantificar los pasos, el equipo es capaz de contar las plantas que subimos, y añadir ese esfuerzo extra a nuestra cuantificación.
Autonomía mejorada. Frente al Versa 2, este Sense se mantiene vivo por más tiempo. Casi siempre, la rutina consistía en quitarme el reloj el sábado cuando hacía programa en RPP y dejarlo cargar durante una hora, momento en el que llegaba al 100%. Esa carga duraba siete días con un residuo de 10% aun por consumir. Con la pantalla encendida, el consumo se redujo a casi 5 días de uso ininterrumpido. Ya con el GPS encendido para actividades y todo el despliegue energético, el equipo se mantiene en 4 días a tope. Tremendo. Además, 12 minutos de carga nos dan un día completo de uso, así que una ducha rápida y ya tenemos 24 horas de Sense. Mi configuración, sin embargo, consiste en desactivar todo, menos los correos y los calendarios. Piensa en eso para la energía del equipo.
Qué no me gusta. Lo primero es la eterna deuda de Fitbit con la sincronización. Pese a tener una compatibilidad mayor con Android, aun el proceso de emparejamiento y sincronización de apps resulta tedioso, sobre todo cuando cambias de smartphone. Lo otro es la imposibilidad de usar asistentes de voz en este lado del mundo – hablando de Perú específicamente – y que no tenga la capacidad de acceder a Google. La gestión de compras dentro de la app es compleja y no se apoya en el pago de Play Store para la adquisición de watch faces, lo que desanima a cualquiera. Lo que sí espero que es que la integración de Fitbit a Google permita la migración de los datos a Google Fit.
Fitbit Premium. Con el equipo, podemos acceder a Fitbit Premium durante seis meses sin costo adicional, y es gran parte del beneficio de tener un Fitbit. Si buscas algo que te ayude con el control de ejercicios y terapias de relajación, además de darte pautas para mejorar tus rutinas, sin duda que el costo mensual podría ser una inversión. Me encanta que recibimos un reporte en PDF con nuestra métrica, así que podemos añadir data a chequeos médicos o compartirla con nuestro doctor de cabecera.
¿Vale la pena? Es lo más top que vas a encontrar para monitorear tu salud en gran escala. Si estás dispuesto a entrar de lleno a actividad física, o si buscas un monitor de actividad cardíaca y parámetros de sueño, respiración y temperatura, es el equipo que debes conseguir. El sensor EDA no lo veo imprescindible, pero algunos apreciarán su incorporación, junto con el ECG y el oxímetro – ambos esperan su aprobación para funcionar en Perú – para medir nuestra condición física. Fitbit ha encontrado un espacio de maniobra en el que ha aprendido a darle más valor agregado al usuario, adelantándose a su necesidad en temas de información. Es una compra que, sin dudas, va a ser un soporte emocional en tu camino hacia la salud. Ve por él.
* Equipo cedido por Fitbit Latam desde el 12 de abril hasta la publicación de la reseña. Precio base: 1499 soles sujeto a variaciones.
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