En la carrera por liderar el campo tecnológico, Europa ha dado un paso adelante al promulgar una ley hecha específicamente para impulsar el desarrollo de chips y procesadores con un financiamiento de 43 mil millones de euros.
La nueva carrera “armamentística” mundial no es precisamente de objetos bélicos, sino de tecnología. Y en el corazón de todos los avances, el de los procesadores es el que ocupa las primeras planas por ser el punto clave para el resto de industrias. Esto ha sido entendido muy bien por algunas naciones y bloques como Europa, que finalmente han aprobado su propia Ley de Chips para el continente.
La Unión Europea financiará con 43 mil millones de dólares ese campo con un objetivo en mente: pasar del 10 al 20 % de la cuota mundial de fabricación de semiconductores en fábricas propias en menos de 10 años. Y las más grandes empresas ya han volteado a ver a la región por este nuevo gran atractivo.
Prioridad: hacer chips en casa
Los chips son pequeños dispositivos compuestos por semiconductores, que son capaces de almacenar grandes cantidades de información o realizar operaciones matemáticas y lógicas. De ella dependen cientos de campos más en los que se destacan la inteligencia artificial, las redes 5G o el propio internet de las cosas, tres divisiones que se encuentran dominando el campo tecnológico mundial y que por el cual tener avances en procesadores es vital para augurar no solo un buen futuro económico, sino también el científico.
“Hoy, el Consejo ha dado su aprobación final a la Ley de Chips, cuyo objetivo es crear las condiciones para el desarrollo de una base industrial europea en el campo de los semiconductores, atraer inversiones, promover la investigación y la innovación, y preparar a Europa para cualquier futura crisis de suministro de chips”, se lee en la declaración de prensa de la Comisión Europea.
Al aprobar este reglamento, la Unión Europea quiere eliminar parte de su dependencia de entidades extranjeras, como China, para producir semiconductores.
"Con la Ley de Chips, Europa será pionera en la carrera mundial de semiconductores", dijo sobre el desarrollo Héctor Gómez Hernández, ministro de Industria, Comercio y Turismo de España, en el comunicado. "Ya podemos verlo en acción: nuevas plantas de producción, nuevas inversiones, nuevos proyectos de investigación. Y, a la larga, esto también contribuirá al renacimiento de nuestra industria y la reducción de nuestras dependencias en el extranjero".
El impulsar esta industria, cuyo primer objetivo del 20 % está fechado para 2030, tendrá consecuencias positivas para el bloque, donde las personas tendrán más acceso a empleo, a una mejora de suministros e incluso a menores precios en los productos finales realizados.
En estos momentos, la ley, tras ser firmada por el presidente del Parlamento Europeo y el presidente del Consejo, se publicará en el Diario Oficial de la Unión Europea y entrará en vigor el tercer día siguiente al de su publicación.
Atrae miradas
Tener un marco regulatorio que promueva la inversión y facilite el iniciar operaciones en la región se está volviendo atractivo para empresas que se encuentran ya en el mercado mundial.
Si bien este proyecto de ley pasó por los pasillos del poder, muchas empresas ya expresaron su deseo de construir plantas de producción de chips en Europa, y el principal beneficiario es Intel, que se está preparando para construir dos plantas de producción de chips en el este de Alemania, organiza sus pruebas y empaques en Polonia y también construye sus centros de investigación en diferentes países europeos. El programa de inversión total de la compañía para el desarrollo de otras empresas y laboratorios europeos asciende a 80 mil millones de euros, por lo que se espera que las subvenciones previstas en la nueva ley se distribuyan con relativa rapidez entre los beneficiarios.
Infineon, STMicroelectronics, Broadcom y varias otras empresas de semiconductores también han expresado su voluntad de establecer nuevas empresas de fabricación de chips en Europa.
El fabricante de chips por contrato más grande de Taiwán, TSMC, se encuentra actualmente en las etapas finales de las negociaciones para construir la primera planta en Europa, que podría ubicarse en Alemania y que podría apoyar a la industria automotriz local.
Los pasos de Europa siguen a los de Estados Unidos del 2022 y que fueron promulgadas por el propio presidente Joe Biden. En el caso norteamericano, se ha dispuesto de 52 mil millones de dólares en financiamiento y créditos fiscales para las empresas que deseen apoyar el campo nacional.
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