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Review | LG G7 ThinQ: más multimedia, menos batería

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

El móvil insignia de la compañía coreana tiene excelentes prestaciones en el audio y reproducción de video, pero palidece en la batería y en la aplicación de la incipiente inteligencia artificial.

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LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Véliz

LG G7 ThinQ.

LG G7 ThinQ.Fuente: RPP / Jesús Veliz

Por Jesús Veliz

Con tantas variables en la industria móvil hoy, es difícil encontrar un diferencial que ayude a una marca a destacar del resto. A la larga, cualquier innovación – cámara, pantalla, rendimiento o software – se convierte en un commodity del mercado en cuestión de semanas.

Entonces, bajo esa premisa ¿dónde radica la diferencia? ¿Quién triunfa en esta pugna? ¿Vale más quien entrega un dispositivo que reúne las mejores condiciones, o tendrá más impacto el dispositivo diferente? En esta reseña veremos a qué apunta LG con su nuevo buque insignia: el LG G7 ThinQ.

LG se pone esbelto

153.2 X 71.9 X 7.9mm y 162 gramos

A diferencia del modelo del año pasado, el LG G7 se siente mucho más premium. Su acabado en vidrio – Corning Gorilla Glass 5 en ambos lados – nos deja una grata sensación a la mano. En esta ocasión, LG apuesta por una protección paralela a la IP68, heredada del G6, y es la certificación militar STD-810G.

Este proceso somete al equipo a pruebas de resistencia en condiciones límite, como la contaminación de fluidos, radiación solar y diversas evaluaciones realmente duras, justamente para cumplir con los requisitos de fuerzas armadas. Eso no lo libra de recibir arañones o golpes al caer, así que te recomendamos ponerle una funda.

Hay algunas diferencias a señalar, si lo comparamos a la versión del año pasado. En este caso, tenemos un botón de bloqueo al lado derecho, por lo que ya no tenemos acción retráctil en el sensor de huellas alojado en la parte trasera del G7. A la izquierda tenemos los botones de volumen y un botón dedicado a Google Assistant, a diferencia de Samsung y su S9 Plus que nos deriva a Bixby.

En ambas marcas, sin embargo, no se da soporte nativo para personalizar la función de ese botón. Una pena, entendiendo que hay modelos que sí permiten hacerlo, como el Blackberry KEYOne y su botón de conveniencia. Afortunadamente, LG mantiene el ingreso para audífonos en la base, junto al puerto USB C y el parlante. El diseño es complementado por un notch (muesca al estilo iPhone X) en la parte superior de la pantalla, y un juego de doble cámara sobre el sensor de huellas.

En el caso del diseño, LG reduce un poco las medidas y lo hace ver más esbelto, casi como toda la tendencia móvil en la gama alta de este año. Eso sí, tampoco deja de ser un imán de huellas como el resto de sus competidores.

Una pantalla más brillante

 IPS 6.1 pulgadas, 1440 x 3120 relación 19.5:9

Este 2018 ya nos tiene dos tendencias claras en construcción, a pesar de los detractores. Una es la migración a una relación de aspecto más alargada que el inicial 18:9, en donde el smartphone adquiere más altura para mostrar mayor cantidad de contenido y una mejor relación de aspecto al abrir dos apps en la pantalla. La otra tendencia, que creo temporal y transitoria, es la incorporación de la ceja o notch. Es aquí en donde LG coloca los sensores de proximidad, los componentes para el desbloqueo facial, la cámara delantera y la bocina para llamadas. Es un poco más ancha que la del P20 Pro de Huawei, pero más delgada que la del iPhone X. Coincide con el tamaño del notch en el One Plus 6. Podemos, por software, quitar el notch o vestirlo para ponerlo un poco más personalizado. No es algo que me encante, sobre todo en un panel IPS.

Si hablamos del panel, tenemos un IPS de una gran luminosidad. En este punto, y frente a la omnipresencia del AMOLED en la gama premium de este año, este IPS tiene que apelar a recursos extra para sorprender. Ese factor es un boost de luminosidad que le permite emitir hasta 1000 nits de luz. Como referencia, los paneles suelen llegar a cuotas altas de nits en IPS – por ejemplo, el P20 de Huawei emite 770 nits -, pero no logran los niveles de brillo de AMOLED.

LG supera el promedio, pero durante 3 minutos. Esta luminosidad extra solo es temporal, pero es más que suficiente para visionado en condiciones realmente duras de luz. Junto a este añadido, es una pantalla que cubre el 100% del rango DCI-P3, que repite la certificación HDR 10/Dolby Vision del año pasado, y que suma a su beneficio un Always On Display muy bien aprovechado. Por ejemplo, podemos acceder a la linterna, datos móviles, wifi, reproductor de música y otras funciones al hacer swipes laterales. Muy útil para ahorro de batería.

Una de las marcas más fuertes en televisores no podía tener un panel malo. Y en el G7, LG invierte mucho de su tecnología aplicada en paneles para TV. Sin embargo, y pese a no tener un panel malo, dista del resto de competidores de la gama alta al dotar a este smartphone de una pantalla IPS. Hoy el OLED/AMOLED está presente en casi todos los competidores: Huawei, Samsung, Apple, OnePlus, y la experiencia en contraste es superior en ellos. Aquí LG no logra los niveles de negro que otras marcas logran, y es una pena porque el notch sobresale demasiado en Netflix o Youtube. Es una luz negra que se torna molesta, sobre todo cuando estás acostumbrado a otros teléfonos con notch y pantallas AMOLED

Eso no quita que tengamos una pantalla de muy buena calidad, tremenda traducción de colores y excelentes ángulos de visión. El problema de LG en este punto es que el mercado va hacia otro lado.

Review del LG G7 ThinQ por Jesús Veliz. | Fuente: RPP

Android Oreo un poco insípido

Android 8.0 con LG UX

Este es uno de los apartados en donde LG aún no destaca. Tenemos una interfaz que se mantiene estable desde hace tres versiones, y que le da poco valor agregado al teléfono en este punto. No me lo tomes a mal, es una interfaz cuidada y que tiene herramientas interesantes – basta ver el Always On Display o el Smart Doctor-, pero que no ha evolucionado como los demás, en temas de gestos y añadidos de productividad. Mantenemos el apartado de “Smart Settings” bajo “Context Awareness”, en donde podemos configurar las opciones del equipo en base a nuestra ubicación – settings en casa, o qué puede hacer el teléfono cuando conectamos los auriculares -, y una barra flotante que extiende los accesos a cualquier parte de la pantalla.

Es un poco más de lo mismo, para ser honestos. Personalmente, cada vez que tengo un LG a prueba uso Nova Launcher. Me gustaría, eso sí, ver un LG con Android Stock. Creo que ganaría muchísimo en actualizaciones y estilo. Por cierto, en el tema de actualizaciones, LG ha prometido un ritmo más seguido de updates en el dispositivo, como parte de un nuevo centro de actualizaciones de software funcionando actualmente en Seúl.

Sin embargo, el apartado de software en la cámara es un punto muy distinto.

Doble óptica con más campo de visión

Lente dual: 16MP (f/1.6 con estabilizador óptico) + 16MP (f/1.9 modo angular 107 grados)

Delantera de 8MP (f/1.9)

Algo que siempre he apreciado de LG es su fórmula de lente doble, que difícilmente ves replicada en otros fabricantes. Todos van al teleobjetivo, al zoom sin pérdida, al alcance. LG se la juega hacia atrás, y creo que sigue siendo lo mejor en ese campo. Tenemos una pareja de lentes IMX351 de 16 megapíxeles de resolución y un sensor de 1/3.1 pulgadas con buen ingreso de luz, debido a la apertura de 1.6 en el principal y 1.9 en el angular. En situaciones lumínicas adversas, este equipo resuelve bien, debido a su buen nivel de ISO – hasta 3200 – y la apertura de 1.6, frecuente en equipos de esta categoría.

Los resultados son muy buenos. En temas de detalle, exposición y reflejo de colores, es un lente muy preciso. Ojo que eso se espera de un equipo de alta gama siempre. En el caso del lente angular, perdemos un poco de campo de visión respecto a los modelos previos, pero eso ayuda a que la distorsión de los bordes sea menor. Sin embargo, me duele un poco que LG haya retrocedido en ángulo cuando debieron invertir un poco más en corrección de errores en los bordes. Lo divertido de este lente, justamente, era simular este campo de visión distorsionado “ala GoPro”, y hacer destacar una foto grupal o un paisaje amplio. Creo que LG fue más cauto este año.

Vamos al software, pues es aquí en donde LG pone las fichas del juego. Tenemos un equipo que hereda lo que asomó en el LG V30 ThinQ en términos de reconocimiento de objetos en la toma. Hoy, gracias al modo AI CAM, reconoce los elementos de una toma y distingue cada uno de ellos, haciendo emerger pequeños rótulos dentro del encuadre. Además, este LG G7 es uno de los primeros en potenciar sus lentes con Google Lens, para reconocimiento de objetos en tiempo real. Parece una redundancia, pero aun Lens no es tan estable como para reemplazar lo que puede hacer el G7 de manera nativa.

Si bien es interesante ver cómo LG se adapta al juego de la inteligencia artificial, el resultado está un poco por debajo de lo que ofrece Huawei con su P20, o incluso de lo que ya ofrecía con el Mate 10 y su NPU. Aún lo de los coreanos parece difuso, en términos de utilidad. No es algo que me veo utilizando siempre con este equipo. Creo, incluso, que este tema de la inteligencia artificial opaca el tremendo potencial de las cámaras del LG en video. Tenemos un equipo que registra a 4K HDR, algo reservado para muy pocos equipos. El modo manual de grabación de video tiene varios secretos: limitación de ingreso de audio – si quieres grabar un concierto, por ejemplo, puedes reducir el input de audio para no tener saturación en el registro -, reconocimiento de micrófonos externos – me permitió definir mi RODE VideoMic Me sin problemas -, cinema zoom – se activa en el modo cinema, con grabación en HDR – y un modo realmente sorprendente para seleccionar el punto de acercamiento, cámara lenta de buen proceso de cuadros y el uso de la cámara angular en modo manual. Es una navaja suiza excepcional, en tiempos en donde casi todo es automático y los parámetros no pueden ser manipulados de manera tan granular.

Incluso la grabación de sonido en este equipo es fenomenal. Podemos obtener audios de hasta 24 bits a 192kHz em estéreo mientras grabamos video. Es una herramienta muy potente para quienes usan el smartphone como cámara de video, y estas condiciones no tienen nada que ver con la inteligencia artificial de LG. Creo que hay unos cuantos desbalances en el tema de comunicación de beneficios, y las virtudes de este equipo se rezagan por los “modos inteligentes”.

La cámara delantera tiene, por fin, un upgrade necesario. Llegamos a los 8MP, algo que resulta hasta decepcionante en la gama alta, pero que no teníamos en la línea G de los coreanos. Hasta el modelo del año pasado, teníamos 5MP de resolución. Sin embargo, perdemos lo que tuvimos en el LG G6: el modo wide en el selfie. Tenemos un lente amplio, pero no tanto como hemos tenido en el V20 o el G6, ni tampoco seleccionar el modo amplio o cerrado. Una pena.

Menos hipos, más velocidad

Qualcomm Snapdragon 845, Adreno 630

4GB de RAM, 64GB interna expandible por microSD

Bluetooth 5, aptX HD, radio FM, NFC, Quad DAC, DTS-X Sound

A diferencia del año pasado, en donde el G6 llegaba un poco desfasado en hardware, hoy el G7 está al día en potencia. Un procesador Snapdragon 845 corriendo a 2.8 GHz en el cuadrante más veloz, y una Adreno 630 para juegos intensos. De más está decir que este equipo empuja los juegos de manera sobresaliente, lo esperado en un equipo de alta gama. PUBG o Tekken corren sin problemas, empujados también por la suite de juegos de LG. Lo que seguramente será un problema a la larga, es la cantidad de RAM que LG le pone a este equipo en la versión de 64GB. 4GB de RAM podría ser un cuello de botella en menos de un año, sobre todo con un hardware tan demandante y la inteligencia artificial tan a la mano. Además, está un poco detrás respecto a la competencia, en donde 6GB de RAM es ya un estándar.

El punto sobresaliente del LG G7, y aquel que lo mantiene lejos del resto y por mucho, es el audio. Y es un punto sin descuidar, tanto en audífonos como en la salida a través de los parlantes. En el caso del uso personal, tenemos aun el ingreso para audífonos y, con ellos, la posibilidad de habilitar el QUAD DAC HIFI para escuchar la música a un nivel espectacular. La suite del DAC sigue siendo la misma, lo que está bien, pero ahora viene potenciada con DTS-X. A diferencia de las experiencias previas, el DTS-X le da un mejor cuerpo a la música, a diferencia de un mero ecualizador para compensar frecuencias perdidas. El DTS-X mejora por completo la experiencia de audio y video, sobre todo ahora con acceso a contenido en altísima definición, dándole un mejor contorno al plano sonoro y despegando ciertas frecuencias que suelen superponerse al reproducir música en calidad estándar.

Por el lado de la experiencia compartida, está el BOOM BOX. Si estás buscando un teléfono que suene bien Y ALTO, deja de buscar. LG se aleja del juego de “parlantes estéreo” de los teléfonos de ahora, y ha logrado diseñar una caja de resonancia bajo el chasis de vidrio. Si pegas el oído a la tapa trasera, sentirás que desde ahí proviene el audio. Ahora, la peculiaridad de este sistema es el rebote acústico optimizado por la superficie en donde descansa el teléfono. Si colocas el G7 en una mesa con la pantalla hacia arriba, el rebote acústico provocará que el audio se expanda a todos lados, y lo mejor es que no distorsiona. Incluso gana en graves. Es algo que debes tener al frente para darte cuenta del impacto. Lances lo que lances, va a sonar bien.

El motor háptico hace que este equipo vibre con mucha fuerza, así que no tengas miedo de perder notificaciones en modo silencioso. Lleva radio FM y se agradece. Las llamadas suenan realmente bien, incluso con mucho ruido en el ambiente. El sensor de huellas va mucho mejor que en el G6, debido a que ahora ya no es un botón, sino solo el sensor. El desbloqueo facial no es tan eficiente, si lo comparamos al del iPhone o el de Huawei. Aún falta implementar mejor la herramienta, pero al destrabar prefiero hacerlo con el sensor de huellas. Es un equipo que funciona bien, dentro de lo esperado, pero que aún parece estar medio pie detrás del resto en performance. Los 4GB a veces plantan los procesos, y un par de veces he tenido “foto fantasma”, ese impase que se genera cuando tomas una foto, ves el pequeño icono en el acceso a la galería y que, cuando vas a revisar, no está. Rarísimo, pero me pasó un par de veces.

La batería es aún una deuda de LG

3,000 mAh, Quick Charge 3, carga inalámbrica

Es aquí en donde LG nos mantiene siempre con ganas de más. Sus 3,000 mAh me han dado una autonomía de hasta 10 horas, exigiendo al máximo al equipo. Es evidente que la suma de componentes iba a impactar en la batería. Un panel IPS de gran resolución, un procesador indómito, grabación en 4K HDR, gran calidad de audio y todo lo que en este equipo suma, resta en la autonomía. Tenemos carga inalámbrica, y funciona sin interrupciones. La carga rápida también es competente, pero llegamos a niveles por debajo del 50% en media hora en mis pruebas.

Conclusiones

Este LG G7 es un equipo de grandes contrastes. Supera al resto en condiciones específicas, como el audio y el video; pero no logra ser un equipo integral, a diferencia de otros competidores que han balanceado mejor su potencial.

Hay elementos que le quitan luz a las virtudes, como la incipiente inteligencia artificial en el rendimiento del dispositivo. Frente a la competencia, casi todo es un contraste: menos batería, panel IPS, gran calidad de grabación en video, gran reproducción en audio, lente angular de buen nivel.

Es un equipo que intenta no perder el paso del resto, que tiene elementos positivos para lograrlo, pero que parece palidecer en el promedio. Empujar lo necesario implica saber reconocer las bondades, y este equipo las tiene. Ojalá LG pueda enfocar su esfuerzo en sus fortalezas, más que en nivelarse con el resto en sus defectos.

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