La nueva marca realme anuncia operaciones en Perú, y NIUSGEEK ya tiene la segunda reseña de sus productos. Esta es la opinión que tenemos sobre el realme 7 Pro con 65W de carga y pantalla Super AMOLED
Cuando anunciamos que realme llegaba a Perú de manera oficial, y mostrábamos los planes de operadoras locales con algunos productos, sabíamos que era cuestión de tiempo para ver a la marca arriesgar con un catálogo más atractivo que el inicialmente rumoreado. Tras haber probado un prometedor C3, ya podemos compartir en NIUSGEEK nuestra opinión sobre el realme 7 Pro, uno de los modelos más interesantes de la joven marca china.
Diseño compacto y cuidado
Pasar del Camon 16 Premier a este teléfono representó un alivio para mis dedos, y seguramente por eso lo siento más cómodo. Estamos ante un equipo delgado, de buen look y bordes redondeados, pero que mantiene ese look 2020 de “módulo rectangular de cámara” y espalda “duotono”. Eso sí, una pena que el panel parezca superpuesto y no se sienta un contorno fluido, dejando una sensación menos “Pro”.
Los puertos y botones descansan sobre tres bordes. En el inferior, conviven el puerto USB-C, el ingreso para audífonos y uno de los dos parlantes que integra el equipo para su sistema estéreo – el otro está en la parte superior de la pantalla -. Al lado derecho, aislado, está el botón de bloqueo; mientras que el control de volumen va al lado izquierdo, tal y como vimos en el C3 y bajo la bandeja dual SIM y micro SDXC.
En la tapa trasera de plástico ligeramente mate, tenemos el rectángulo negro con un arreglo cuádruple de cámaras con flash LED. Para completar el diseño, una línea divide de manera precisa el material de la espalda y el rectángulo de lentes para darle un acabado distinto. Nuestra unidad de prueba es “Mirror Silver”, un tono llamativo y que no atrae tanto las huellas como otros.
Me saca de cuadro el hecho que los botones de volumen estén en un borde y el de bloqueo en otro. Es manejable, pero raro.
Super AMOLED para las masas
Uno de los atributos que más me llama la atención de este equipo es la inclusión de un panel AMOLED de buena reproducción de colores. Sin embargo, no tenemos una tasa de refresco variable y eso es algo que ya la gama media ha empezado a implementar, por lo menos desde los 90 Hz.
El “Always on Display” es bastante austero, pero sirve. Además, el indicador de sensor de huella bajo pantalla resulta sumamente útil. Fuera de ese detalle, los colores son precisos, y me da gusto ver que el contenido se aprecia con gran calidad en esta pantalla.
Eso sí, la respuesta táctil no es la mejor y la respuesta háptica no ayuda mucho para una mejor digitación. He probado algunos teclados en este equipo, y no logro la precisión que obtengo en modelos como el POCO F2 Pro, el Moto G9 Plus o el propio A51 de Samsung. Casi siempre tengo errores de digitación en este equipó, y es algo que no ha mejorado con los días.
Realme UI de verdad
Cuando probé el C3 me gustó mucho la interfaz, pero me quedé con las ganas de ver la capa de personalización de realme en un smartphone más potente. Con este equipo me saqué el clavo y debo decir que mejora mucho la experiencia.
Realme UI corre sobre Android 10, pero añade una serie de gestos que mejoran el paso por apps. Cuando jalamos desde un borde y mantenemos el dedo en pantalla, podemos pasar a la app previa sin problemas.
Por otro lado, mantenemos la pequeña pantalla emergente desde el borde para llamar acciones rápidas, como accesos a aplicaciones o capturas de pantalla. El modo oscuro es impecable, y la experiencia de uso es ligera, sin tantas apps intrusas. No es una capa invasiva ni llena de recovecos. Va al grano y permite una personalización mayor a íconos.
Cámaras con buen rendimiento
Es un equipo simple, y el sistema de cámaras no escapa a esa filosofía. Tenemos un sistema de 4 lentes en la parte trasera, con funciones claras y que, en conjunto, nos entregan un resultado muy bueno.
Debo decir que el HDR en este equipo va muy bien, y que el balance entre luces y sombras se maneja de manera eficiente. Pocas inconsistencias en sobre exposición o contraluz, y el enfoque es veloz.
De noche, el equipo es capaz de potenciar el resultado con algoritmos, pero pierde un poco el detalle. Eso sí, demora mucho en el proceso para mostrar la foto. Entre 4 a 5 segundos después podemos ver la foto nocturna.
La cámara selfie tiene gran detalle, y da gusto ver cómo el equipo evita reventar con luz las tomas, a diferencia de otros smartphones que hemos reseñado recientemente. Muy balanceado y parejo, en todas las condiciones.
En video andamos bien, pero con la limitación de no poder incluir el lente gran angular en la combinación de lentes. Podemos grabar video con ese lente, pero no podemos pasar al principal durante la grabación.
Rendimiento sin sudar
Estamos ante un equipo con una combinación que permite fluidez en el desplazamiento. El 720G es un procesador muy popular – no tanto como el 730G -, y lo vemos incluido en equipos como el Redmi Note 9 Pro de Xiaomi. En líneas generales, es un equipo que enfrenta, sin problemas, tareas cotidianas y sesiones de juego.
Respecto a la conectividad, el equipo me ha dado soporte para Claro y Entel y redes 4G. La conectividad se ha mantenido pareja, y no he tenido inconvenientes con el GPS. Para WiFi, no he tenido desconexiones repentinas, y el Bluetooth parece aguantar la tasa de transferencia sin sobresaltos. El equipo, por cierto, tiene soporte para LDAC.
El sensor de huellas trabaja bien, aunque el desbloqueo facial trabaja mucho más rápido. Una pena en tiempos de COVID-19 y mascarillas, pero el lector bajo pantalla se activa a una velocidad promedio.
La experiencia multimedia supera a varios equipos del sector. Ya tener AMOLED y parlantes estéreo pone a este equipo en el primer pelotón destacado para este apartado, con una gran calidad de color, un buen sonido y un agarre dócil.
Dame esa carga siempre
Si hay un a tributo que liquida al resto de smartphones, es la carga. Cuando llegó, lo dejé morir para poder cargarlo mediante el sistema propietario “SuperDart” de 65W.
En mi prueba, el equipo pudo llegar a 100% en 42 minutos. 4500 mAh en 42 minutos. Lo más sorprendente es que, a los 17 minutos, ya tenía la mitad de la batería cargada y el equipo no modificó la temperatura para nada.
En temas de uso, el 7 Pro no escapa a lo tradicional, y nos da unas 6 a 7 horas de pantalla con un restante de 30%. Aprovechando que nunca lo cargaba de noche para aprovechar el sistema de 65W, pude observar con calma que durante el standby el equipo no drenaba energía.
Lo único que no me gusta es que no muestra la métrica de uso en formato dinámico, y solo podemos revisar números en cada app y revisar la actividad de dos días previos.
¿Vale la pena?
Sí, es un equipo de mucho balance, y que añade un enorme valor agregado con el diseño, las cámaras y la enorme ventaja de cargar un equipo durante un duchazo rápido. La gama media se ha convertido en el campo de guerra, pero este realme es un tanque con muchas armas. El precio de lanzamiento en el mercado peruano es de 1449 soles (seguramente verás algunas ofertas de 1299 soles) y eso lo pone en una situación complicada frente al POCO X3 NFC de XIaomi, el A71 de Samsung o el Moto G9 Plus de Motorola, aunque posiblemente haya alguna oferta. Ve por él si buscas una carga monstruosa de batería y un equipo con buen balance.
* Equipo cedido por realme desde el 13 de enero hasta la publicación de la reseña
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