Grupos de extrema derecha y antivacunas se han unido en un ataque para desacreditar no solo al multimillonario, sino a los científicos que buscan acabar con el nuevo coronavirus.
Un nuevo episodio en las teorías de conspiración alrededor del nuevo coronavirus (COVID-19) vuelve a centrarse en Bill Gates. Twitter se llena de #GatesHacked con muchas acusaciones, pero ninguna prueba. Todo es parte de un ataque para desacreditar no solo al fundador de Microsoft, también a las instituciones que están batallando contra la pandemia.
Todo comenzó con un supuesto hackeo masivo a cuentas de la Fundación Gates, de la Organización Mundial de la Salud, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) e incluso el Instituto de Virología de Wuhan.
Sin embargo, Motherboard pudo confirmar que muchos usuarios y contraseñas ya habían sido vulnerados en el pasado. Las credenciales fueron masivamente compartidas por grupos neonazis inicialmente en 4Chan y luego en Telegram, aseguró la firma de inteligencia SITE, especializada en terrorismo y grupos extremistas.
De información supuestamente extraída de los correos se han armado algunas teorías que explicaremos.
La creación del virus en el laboratorio de Wuhan
Entre los “destapes” hay un paper que asegura que el coronavirus tiene “insertadas” características del VIH, por lo que debe haber sido creado en un laboratorio.
Esto se suma al apoyo del doctor Luc Montagnier, ganador del Premio Nobel de Medicina en 2008, a esta teoría.
Sin embargo, ya se conocía esta investigación, que se encontraba como un borrador y fue retirada tras diversas críticas de la comunidad científica. Otra investigación más prolija publicada en febrero de 2020 concluye que el nuevo coronavirus no tiene fragmentos del VIH.
A esto le sumamos que Luc Montagnier defiende actualmente tendencias no científicas como la homeopatía y es desde 2012 un activista antivacunas.
El coronavirus fue liberado por una doctora en Wuhan
En Twitter, bajo del hashtag #GatesHacked se cuenta una historia en la que se acusa a la viróloga Shi Zhengli de sembrar el coronavirus el 19 de octubre de 2019 en medio de un viaje en bus desde el Instituto de Tecnología hasta el laboratorio P4 del Instituto de Virología de Wuhan.
“Se detuvo en medio de la ruta, abrió su maletín y puso un bloque de hielo seco contaminado cerca a un ducto de aire de un mercado. Este fue elegido porque está en el mismo edificio que un punto de conexión que la red más grande de trenes de alta velocidad y porque no estaba fuera de su usual ruta de transporte. El evento fue capturado por cámaras de seguridad”.
La misma Inteligencia estadounidense, que acusa a China de no controlar el virus, cree que este se transmitió accidentalmente desde un murciélago contaminado a un humano en un laboratorio de Wuhan.
La postura de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que el coronavirus pasó de un murciélago a un transmisor intermedio aún no determinado antes de llegar a los humanos, produciéndose naturalmente. Como se esperaba, los conspiracionistas también atacan a la OMS, tal como lo hace Donald Trump.
Además, los detalles del supuesto viaje de contaminación de Shi Zhengli parecen sacados de una película. Y muy importante: ¿Dónde está la supuesta grabación de las cámaras de seguridad?
¿Y qué tiene que ver Bill Gates?
Básicamente, muchos usuarios siguen compartiendo el video en el que Gates advierte del peligro de una pandemia global en 2015 durante una charla en TED.
Esto, relacionado al interés de Bill Gates por desarrollar una vacuna contra la COVID-19 y las críticas a Donald Trump lo han puesto en la mira de muchos activistas antivacunas y grupos de extrema derecha.
Los conspiracionistas aseguran que es parte de un plan para la dominación global a través de vacunas.
El peligro de las teorías de conspiración
Las teorías de conspiración hacen que se desconfíe de la ciencia e incita a acciones que terminan haciendo más daño en plena pandemia.
Cuando se culparon a las redes 5G de la enfermedad, antenas de todo tipo fueron atacadas en Europa, dejando incomunicados a muchos pacientes que tal vez no pudieron decirle adiós a sus familias.
Ahora los ataques se dirigen a profesionales de la salud. En Birmania un trabajador de la Organización Mundial de la Salud (OMS) murió tras ser atacado mientras transportaba pruebas de la COVID-19.
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