La fotógrafa que contraron para su boda les presentó un portafolio que se encontraba compuesto de imágenes de un servicio de internet.
La boda es la ceremonia más especial para una pareja. Por eso, los novios preparan el acto con meses y años de anticipación para que todo salga perfecto. Sin embargo, siempre hay imprevistos que dificultan su realización o, en otras ocasiones, te hacen realizar la boda nuevamente.
Esto pasó en Devon, Reino Unido. Lin y Brendan Lavery, de 69 y 71 años respectivamente -16 años en pareja-, contrataron a una fotógrafa cuyo perfil encontraron en internet. Ella cobraba 100 libras por hora por el servicio, y de acuerdo con su portafolio de imágenes, su trabajo era de calidad.
Sin embargo, lo barato salió caro. De acuerdo con el reporte periodístico de Fstoppers, esta pareja obtuvo fotografías de su boda con un pésimo nivel, desenfocadas y sin arreglo: “No podíamos creer que fueran tan malas”.
¿Qué había pasado? Según reportan los disgustados novios, descubrieron que la fotógrafa era amateur y que todo el booking compartido en sus redes sociales era de fotografías en stock (imágenes predeterminadas vendidas por servicios en línea).
La pareja, al no encontrar solución mediante la edición, tuvo que preparar una nueva boda para obtener fotografías que le recuerden este preciado momento para toda su vida. Gastaron 300 euros más para estos recuerdos.
La fotógrafa, al ser descubierta, borró su página de Facebook y bloqueó a la pareja. Un caso que recuerda que debes desconfiar de todo lo que veas en internet.
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