La Reserva Federal decidió mantener las tasas de interés sin cambios, pese a las tensiones inflacionarias por nuevos aranceles.
La Reserva Federal de EE.UU. anunció este jueves que mantendrá sin cambios su tasa de interés de referencia, a pesar de las crecientes presiones inflacionarias derivadas del nuevo paquete económico implementado por la administración Trump. La decisión, que sorprendió a algunos analistas, busca sostener la estabilidad en un entorno de alta incertidumbre fiscal y geopolítica.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, declaró que aunque los indicadores muestran señales de sobrecalentamiento económico, todavía no es el momento adecuado para aplicar un ajuste monetario. La medida ha sido recibida con moderación en los mercados financieros, que anticipaban una posible subida.
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Efectos del plan Trump sobre la economía
El nuevo paquete económico impulsado por el gobierno federal incluye un ambicioso programa de inversión en infraestructura, acompañado por aranceles sobre productos estratégicos como el acero y el gas natural. Aunque el crecimiento del empleo se mantiene sólido, los precios al consumidor han registrado alzas sostenidas, especialmente en transporte y alimentos.
Economistas advierten que, de mantenerse estas políticas, la inflación podría superar el 4 % anual hacia finales de año. Sin embargo, desde la Casa Blanca sostienen que el plan está diseñado para generar “autonomía económica real” en sectores clave de producción.
Mercados a la espera y posibles ajustes futuros
Wall Street reaccionó con cautela a la decisión de la Fed, con ligeras subidas en sectores tecnológicos y financieros. Powell aseguró que la institución mantiene abiertas todas las opciones y que no descarta una subida de tasas si las presiones inflacionarias persisten.
El Comité de Mercado Abierto se reunirá nuevamente en julio, fecha en la que también se conocerá el impacto fiscal acumulado del primer trimestre. Mientras tanto, el entorno económico de EE.UU. sigue oscilando entre señales de recuperación y temores de desajuste estructural, en medio de una administración que busca consolidar su agenda económica antes de las elecciones intermedias.