Las inmigrantes agregaron un toque especial a su menú de comida venezolana, lo que popularizó su negocio en Estados Unidos.
Carolina García y Carolina Salinas son dos mujeres venezolanas que se hicieron amigas desde niñas, es así que decidieron emigrar a Estados Unidos en 2005. La decisión de las mujeres se dio porque su negocio de grabados láser ya no era rentable en su natal Venezuela.
Las inmigrantes latinas se establecieron en Boston, ciudad donde se dedicaron a la venta de dulces. Luego optaron por la comida tradicional de su país, pero con un toque innovador, para atraer a compatriotas y extranjeros. De esa manera nació Carolicious.
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Innovación para triunfar
El emprendimiento de comida venezolana abrió oficialmente en el año 2016. Las mujeres comenzaron vendiendo solo arepas en festivales gastronómicos en la ciudad de Somerville. “No hay gente que no le guste la arepa. Imaginarán la emoción de nosotros cuando veíamos las colas de gente esperando por sus arepas, fue una maravilla y bendición”, declaró Carolina García a CNN.
Tres años depués, las inmigrantes venezolanas decidieron innovar e implementaron un curioso menú: una fusión entre comida venezolana y estadounidense. El resultado fue un bowl de pabellón con pico de gallo. “Sabemos que el pabellón no lleva pico de gallo, pero nosotros le agregamos eso que es muy fresco con ese ácido espectacular que se mezcla con todos los sabores del bowl y de verdad ha conquistado todos los paladares”, contó García.
En la actualidad, Carolicious cuenta con tres sedes y está por abrir una cuarta locación, que tendrá un toque gourmet, una apuesta con la que las emprendedoras esperan seguir atrayendo a más comensales. “No nos cansamos de agradecer a todos los clientes, tenemos clientes recurrentes semanales, fijos que son parte de nuestra comida, la aman y la quieren a diario”, concluyó Carolina Salinas.
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