Los medicamentos pueden ser asimilados por el cuerpo de forma diferente, aunque eso puede pasar independientemente si se tratan de marca o genérico.
Descubrir una célula curativa y segura de un medicamento requiere tiempo y dinero. Cuando un laboratorio lanza un nuevo fármaco la ley protege esa fórmula para que la compañía recupere la inversión. La patente dura alrededor de 10 años, después cualquier laboratorio puede fabricar el genérico.
"Los medicamentos genéricos son elaborados con los mismos principios activos que los de marca, simplemente lo que cambia es el nombre comercial. Por ello, los efectos positivos son exactamente los mismos”, informó a RPP Noticias el director de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid), Pedro Yarasca Purilla.
Si existen diferencias entre ambos productos, serian solamente la presentación y el precio, agregó Yarasca tras explicar que los medicamentos de marca cuestan más debido a que los laboratorios que los fabrican y comercializan desean recuperar el monto invertido en promoción y publicidad del producto.
“Los medicamentos genéricos son más baratos debido a que se encuentran liberados de la patente, es decir, cualquier laboratorio los puede producir o comercializar. A ello se suma que son comprados de forma masiva por el Estado, lo que permite reducir aún más los costos", dijo.
Sin embargo expertos de la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (Alafarpe), aseguraron que debido a su forma y tamaño molecular, un medicamento genérico puede tardar más tiempo en ser absorbido por el organismo, que uno de marca. Esto, según su punto de vista, puede influir al momento de medir el margen de efectividad.
"Los medicamentos deben disolverse totalmente para que puedan ser absorbido por el organismo en la cantidad necesaria. Si no se cumplen estos parámetros el producto no nos hace efecto", indicó Alfredo Castillo Calle, químico farmacéutico de Alafarpe.
Los medicamentos pueden ser asimilados por el cuerpo de forma diferente, aunque eso puede pasar independientemente si se tratan de marca o genérico. Por ejemplo, si un fármaco contiene lactosa y la persona es intolerante a esta sustancia, el medicamento no será bien asimilado, pero eso no significa que sea peor, por lo tanto, se dice que los genéricos son absolutamente válidos.
Lo cierto es que todo paciente tiene la capacidad de exigir a su médico que le recete obligatoriamente el medicamento genérico y, opcionalmente, un equivalente de marca.
La diferencia de precios entre los medicamentos de marca y los genéricos es muy grande, al punto que en algunos casos un producto comercial puede tener un precio de venta final de 10 hasta 100 veces más que el genérico.
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