Ciudadano francés aprovecha la instalación de cajeros de autoservicio en un supermercado para llevarse a una consola PlayStation 4 a menos de €10.
Un moderno supermercado francés instaló un servicio de cajeros automáticos en los cuales los usuarios mismos pueden pasar el código de barras de sus productos por el lector y pagar su compra. La falta de supervisión humana (debido a la buena fe de que los clientes serán honestos) en este proceso despertó la atención de un joven de 19 años conocido como Adel, quien fue a la sección de frutas, pesó la consola de videojuegos como si fuera una bolsa de naranjas, obtuvo una etiqueta de precios de €9.29 por 3.3 kilos de fruta y se la puso a la caja de un PlayStation 4.
Adel se acercó a la caja automática, pagó su consola de videojuegos a un precio de €9,29 y salió tranquilamente por la puerta del establecimiento, como si nada atípico hubiese pasado. Nadie se percató del evento hasta pasadas varias horas.
El joven de 19 años decidió tentar su suerte una vez más al día siguiente y regresó al mismo establecimiento comercial. Por desgracia, la policía ya lo estaba esperando y fue inmediatamente apresado. Adel confesó su crimen y comentó que vendió la consola para pagar un viaje a Niza.
Las fuerzas del orden no enviaron a Adel a la cárcel ya que su condena de cuatro meses fue suspendida, sin embargo, deberá realizar servicio a la comunidad durante un buen tiempo y pagar €340, el precio original de la consola.
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