En "Other nature" (Otra naturaleza), la tienda alternativa de sexo, como reza su eslogan, se pueden encontrar tampones biológicos, preservativos y vibradores ecológicos.
¿Son compatibles el respeto a los derechos de los animales y el uso del cuero en las prácticas sadomasoquistas? Ahora sí, tras la apertura del primer "sex shop" ecológico y vegano de Alemania, donde látigos, esposas y consoladores son políticamente correctos.
En "Other nature" (Otra naturaleza), la tienda alternativa de sexo, como reza su eslogan, se pueden encontrar tampones biológicos, preservativos y vibradores ecológicos, y prendas eróticas del denominado "cuero vegano" -una imitación de la piel animal- o fabricadas a partir de cámaras de bicicleta.
"Al principio, el objetivo de la tienda era facilitar la exploración del sexo a través exclusivamente de productos ecológicos, y luego decidimos hacer un "sex shop" puramente vegano", explica a Efe la copropietaria de este negocio berlinés, Anne Bonnie Schindler.
A su juicio, el veganismo -una ideología que rechaza el consumo de productos de origen animal-, la ecología, el desarrollo sostenible, el consumo responsable, el feminismo y la curiosidad por explorar todos los rincones de la sexualidad no son ideas independientes y estancas.
"No veo ninguna diferencia entre ellas. De alguna forma, son todo lo mismo", señala.
La joven afirma además que la tienda tiene un carácter "feminista" y está "orientada a mujeres, aunque abierta a los hombres", ya que los juguetes eróticos que ofrece "pueden utilizarse como a cada uno le plazca".
Reconoce que el público al que apunta son las mujeres jóvenes y homosexuales, pero asegura que a "Other nature" entran clientes "de todas las clases sociales" y "de todas las opciones sexuales".
"Aquí viene gente de todo tipo. Las más jóvenes han sido una pareja de lesbianas de 18 años que vinieron a comprar su primer juguete. Y la mayor fue una mujer de unos 60 años que se había quedado sola y buscaba algo nuevo", explica Schindler, que califica de "fascinante" la acogida.
Los artículos más demandados en este establecimiento berlinés son unos tampones de silicona para la menstruación y distintos ejemplares de su amplia y colorida selección de vibradores.
Pero quizá lo más llamativo del primer "sex shop" ecológico y vegano de Alemania es su aspecto, "un poco como de dormitorio", según lo describe su propietaria, quien asegura haber estudiado durante mucho tiempo cómo diseñarlo.
"Quería acabar con el tabú (que rodea a estos establecimientos). Evitar los espacios oscuros, invitar a la gente a hablar. Quería un sitio abierto y luminoso donde la gente se sintiese como en casa", señala.
En efecto, se trata de un espacio conformado por dos salas diáfanas, con amplias ventanas, iluminación cálida, sofás y una decoración desenfadada que lo hace parecerse más a las cafeterías de la escena alternativa de Kreuzberg, el barrio en que se asienta, que al prototipo de "sex shop" con fluorescentes rojos y cristales de espejo.
"El concepto es totalmente distinto", agrega.
El proyecto, en el que Schindler y su colega canadiense Sara Rodenhizer han trabajado durante más de dos años y medio, abrió definitivamente sus puertas el pasado 22 de octubre y tiene potencial para seguir desarrollándose y evolucionando "durante años", según su principal impulsora.
Además de los artículos "clásicos" de todo "sex shop", "Other nature" ofrece también una selección de libros y catálogos que tratan diversos aspectos sobre el sexo y la sexualidad, y tiene previsto incorporar en breve una sección de alquiler de vídeo pornográficos destinados para mujeres.
Asimismo, y, tras la organización de dos talleres el año pasado, esta iniciativa tiene previsto realizar en los próximos meses cursos divulgativos sobre el sadomasoquismo, el empleo de juguetes eróticos y el punto G.
EFE
Comparte esta noticia