El muchacho de 21 años, de nacionalidad canadiense, fue castigado por su padre por hablar por celular y usar radio, cosas prohibidas por su religión, que impide el uso de las nuevas tecnologías.
Las autoridades de Bolivia han quedado indignadas al conocer el caso de Johan Knelsen (21), un joven canadiense perteneciente a la colonia menonita Belice, cerca de Santa Cruz, quien pasó dos meses encerrado en una caja de madera.
El joven de 21 años fue encerrado en el arcón por su propio padre David Knelsen, quien lo habría hecho para castigar a su hijo por romper las reglas de su religión, que prohíbe el uso de las nuevas tecnologías.
Según refiere el diario "La Razón”, el muchacho cometió el “grave error” de hablar por celular, usar una radio, pero también cometió el delito de robar tres pollos.
La víctima fue rescatada la noche del miércoles por el fiscal de Cotoca, Heber Mérida, quien conoció el caso el martes por la tarde gracias a la denuncia de Elizabeth Dyck, la madre de Johan.
Una vez la caja fue abierta, salió un hombre alto y fornido que echó a llorar cuando se vio libre del cautiverio.
"Yo salí a otro lado, vuelvo y otra gente amarra aquí. Yo come aquí, dormir aquí, tomar agua, baño, todo aquí. Yo quiero afuera y mi padre dice que no se puede. Mucho triste vivir (...) Me tienen encerrado como un chancho", dijo en un castellano defectuoso.
En su defensa, David Knelsen, padre de la víctima, declaró que el muchacho tiene problemas mentales y uno de los pastores de la comunidad había justificado su decisión.
Sin embargo, según las primeras investigaciones del Ministerio Público, el sujeto encerró a su hijo por usar artefactos, que no están permitidos por la religión que profesan.
El fiscal indicó que fueron citados a declarar el padre, la madre y el representante de la iglesia la que acuden. A todos ellos se les ha iniciado una investigación por los "delitos de privación de libertad, tentativa de homicidio y tortura".
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