El sujeto evitó caer sentado apoyándose en su arma de alto de alcance. Al no contar con seguro puesto, el arma realizó un disparo que le cayó en la cabeza.
Verdaderamente desafortunada fue la muerte de Eradio Irigoin, un campesino que disparó casualmente contra su cuerpo al resbalar con una escopeta en mano. El trágico incidente ocurrió el pasado miércoles a las 11:30 de la noche, hora en que Eradio disponía su regreso a su casa, ubicada en la comunidad nativa de Morroyacu, en Moyobamba.
Poco después de lo ocurrido, David Irigoin, sobrino del fallecido, salió en busca de su tío para darse con la “ingrata sorpresa de que yacía sobre un charco de sangre, pero aún con signos vitales”, reveló un medio local. Sin embargo, el debilitado cuerpo de Eradio no soportó más y falleció.
Para el pueblo de Morroyacu, este hecho de sangre "fue verdaderamente indignante", señaló el diario online Voces.
Eradio deja huérfana a una menor de dos meses de nacida, quien junto a su madre vivía de los ingresos que Irgoin reunía por prácticar caza.
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