Ciudadano norteamericano fue denunciado por sus vecinos, quienes aludieron que el olor a tabaco les impedía comer y causaba problemas respiratorios.
Medida radical. Una pareja de jóvenes esposos neoyorquinos, Russel y Amanda Poses denunciaron a su vecino, Harry Lysons, aquejados de los constantes olores a cigarros, que según ellos, les impedía comer y causaba problemas respiratorios a sus menores hijos.
El sujeto tendrá que pagar 1 900 dólares cada vez que desee fumar un cigarro dentro de su vivienda, sin embargo, Lysons dijo que “no va a dejar de fumar”, “así le pongan la multa más alta de la historia”.
No obstante, sí dejará de hacerlo en su casa, según publicó el diario estadounidense New York Post.
Además, señaló que a sus 70 años hay “vicios” que no dejará de lado, entre ellos una buena copa de vino.
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