Antes de regresar al quirófano, la pequeña Sophia pidió 'casarse' con su mejor amigo Hunter. Las madres de los pequeños organizaron una boda símbólica.
Sophia Chiappalone no pidió un peluche o una bicicleta cuando le preguntaron qué deseaba de regalo antes que sea sometida a su cuarta operación a corazón abierto. La niña de cabellos rubios y dueña de una contagiante sonrisa, decidió que era momento de ‘casarse’ con su mejor amigo de colegio.
Así de simple la pequeña resolvía la interrogante de su mamá Kristy Somerset-Chiappalone (36). En entrevista con ABC News, la mujer dijo que haría cualquier cosa por darle una nueva sonrisa a su hija, que nació con varios defectos cardíacos.
"Le pregunté a Sophia, '¿Qué quieres hacer? ¿Quieres ir a un parque acuático cubierto? ¿Quieres ir de compras, tal vez comprar algunos juguetes?' La respuesta fue que quería ser una princesa y casarse con Hunter", recordó.
Tracy Laferriere (34), la madre del ‘novio’, recibió la noticia y sin pensarlo dos veces -y llorando de emoción- aceptó llevar a su hijo al altar'. El niño no se opuso.
La mejor amiga de Laferriere, la fotógrafa Marisa Balletti-Lavoie, también fue cómplice de esta historia y se encargó de realizar las fotos de la falsa boda. La pequeña, como no podía ser de otra forma, vistió un velo, un vestido blanco y un hermoso bouquet.
Para celebrar este momento, los niños jugaron en el columpio y con hojas secas. Y aunque la boda fue una celebración simbólica, lo que sí fue real fue la felicidad de la pequeña.
Aún así, la madre tiene su propio deseo para su hija: "Me gustaría que ella mantenga su espíritu de lucha. Y espero que nunca pierda su calidad de vida ... no importa cuál sea el resultado final".
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