La pianista, Laia M., está acusada de un delito de contaminación acústica y otro de lesiones psíquicas, ya que la denunciante asegura sufrir secuelas por escuchar el instrumento durante cuarenta horas semanales.
Una pianista del municipio Puigcerdà (noreste de España) se enfrenta a una petición fiscal de 7,5 años de prisión por molestar a una vecina durante sus ensayos.
El juicio del caso comenzó este lunes en la Audiencia Provincial de Girona (noreste), en el que la pianista ha negado algunos de los principales argumentos de la acusación, como que practicase ocho horas diarias o que nunca insonorizase la estancia.
La pianista, Laia M., está acusada de un delito de contaminación acústica y otro de lesiones psíquicas, ya que la denunciante asegura sufrir secuelas por escuchar el instrumento durante cuarenta horas semanales a más decibelios de los que marca la ley.
Esa situación, según la Fiscalía, se prolongó de octubre de 2003 a septiembre de 2007, aunque la pianista insistió en que se insonorizó el lugar donde ensayaba y atribuyó la situación en que se encuentra a que la vecina "se obsesionó" con ella.
Los padres de la acusada, Luis M. e Isabel H., se enfrentan a la misma pena, ya que se les considera cooperadores necesarios, mientras que la defensa, ejercida por Marc Molins, solicita la absolución de los tres.
Además de la pena de cárcel, la Fiscalía pide para la pianista una inhabilitación para ejercer cualquier profesión que tenga que ver con ese instrumento musical durante cuatro años, una multa de 10.800 euros (cerca de 15.000 dólares) y una indemnización a cubrir entre los tres acusados de 9.900 euros (unos 13.000 dólares).
La pianista, que ahora tiene 28 años y 18 en el momento de la presentación de la denuncia, sostiene que ensayaba menos días y horas de los que se le acusa.
La vecina, Sonia Bossoms, alega sufrir a causa del sonido del piano una alteración del sueño, nerviosismo, intranquilidad, desasosiego, ansiedad, episodios de pánico e, incluso, problemas de gestación en los últimos meses del embarazo de su segundo hijo, nacido en 2006.
La denunciante, que también estuvo de baja laboral por este asunto, se fue a vivir a Galicia (noroeste) con toda su familia en enero de 2008 al no soportar más el sonido, y según el letrado de la acusación particular tiene tanta fobia a los pianos que es incapaz de ver uno incluso en una escena de películas de cine.
El juicio, que está previsto que se alargue durante cuatro días, seguirá mañana con las declaraciones de agentes de la Policía Local de Puigcerdà.
EFE
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