Desde el punto de vista nutricional, una golosina es un alimento rico en calorías pero pobre en nutrientes, por lo general, de sabor dulce.
Comer bien
Golosinas
Hay un ejército de padres que prohíben las golosinas a sus hijos, mientras que otro gran grupo las regala como un premio. Ambas son posturas válidas, aunque ningún extremo es recomendable. ¿Qué aconsejan los especialistas?
Empecemos por definir qué es una golosina. "Desde el punto de vista nutricional, es un alimento rico en calorías pero pobre en nutrientes, por lo general, de sabor dulce", explica la nutricionista Sara Abu Sabbah.
Los ejemplos más comunes son los caramelos, los chupetines, las galletas saborizadas, los toffees, las gomitas e incluso podríamos hablar de una golosina con sabor a chocolate.
Abu Sabbah aconseja apenas una ración de no más de tres golosinas al mes, y aunque admite que es una recomendación bastante restrictiva, la defiende. "El niño está en etapa de crecimiento y cada cosa que se le da es una oportunidad para nutrirlo. La nutrición es una responsabilidad, no es un gusto".
"Si se come ocasionalmente tres veces al mes, no representa ningún riesgo para la salud, pero mucha frecuencia de consumo, sí. Pueden provocar desde caries -que son un problema de salud pública- hasta un exceso de peso, que puede conllevar a una diabetes o una hipertensión arterial, que a largo plazo podría ser un factor de riesgo para algunos tipos de cáncer", advierte la nutricionista.
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Prevención
Sucumbir a la tentación de los dulces puede inducir a las caries dentales, una enfermedad que puede atacar tanto en la niñez como en la adultez, señala la odontóloga del Policlínico Risso Wendy Rebatta Osorio.
Pero el peligro no está condicionado directamente al consumo de golosinas, sino que está ligado a la higiene oral luego de comerlas. "Hay que realizarnos buena higiene dental para eliminar los residuos que se pueden depositar en los dientes, a fin de evitar la formación de placa y que a su vez favorezca el crecimiento de caries ", detalla la especialista.
Además, las bacterias que destruyen el esmalte de los dientes avanzan muy rápido si hay condiciones favorables. "Cuando la saliva es más viscosa y la boca está más seca, el incremento de bacterias es en cuestión de minutos. En cambio, hay personas con saliva más fluida y eso ayuda a una función limpiadora que arrasa con la placa bacteriana".
Golosinas más nocivas
Son las de tipo cristaloides, como los chupetines o los caramelos, que al disgregarse en la boca se depositan en las fisuras de los dientes. También están los toffees o las gomitas, que son más difíciles de eliminar porque se depositan en las hendiduras dentales.
"Podemos consumir la cantidad mínima promedio de un dulce al día, pero si no se no hace una limpieza adecuada eso favorecerá las caries", sentencia Rebatta Osorio.
La odontóloga recuerda: "Las caries son la destrucción de la capas minerales de los dientes, empieza en el esmalte, avanza a la dentina y puede llegar a la pulpa. Es el principal factor de destrucción del diente en niños y adultos".
La gingivitis es otro problema bucal que puede ocasionar el consumo descontrolado de golosinas. "Se trata de la inflamación de las encías, que es el primer punto de enfermedad en nuestra boca, produce sangrado y eso puede complicarse".
Para prevenir cualquiera de estos males, es básico el cepillado dental después de cada comida -sobre todo si consumimos alimentos ricos en carbohidratos y azucares-. Además es necesaria la visita al odontólogo cada seis meses o como mínimo una vez al año.
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