Se trata de manejar los niveles de cortisol, la ´hormona del estrés´, algo que, si se hace correctamente, permite regenerar el cuerpo y alcanzar el sueño profundo.
Muchos esperan tomar vacaciones para recién poder descansar y recobrar energías, sin embargo esto puede hacerse todos los días. Se trata de manejar los niveles de cortisol, la "hormona del estrés", algo que, si se hace correctamente, permite regenerar el cuerpo y alcanzar el sueño profundo.
Como explica el doctor y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Claus Behn, a latercera.cl el cortisol es una hormona que alterna su liberación con la melatonina, que es la responsable del sueño y de que podamos descansar adecuadamente durante la noche.
Cuando el cortisol es alto a la hora de irse a la cama, la persona puede conciliar el sueño, pero la falta de melatonina no permitirá que alcance la fase delta del sueño, la más profunda.
Y en ésta, explica Jorge Cancino, miembro del directorio de la Sociedad Chilena de Medicina del Deporte, es donde se produce la mayor cantidad de hormona del crecimiento, responsable de la función regeneradora del cuerpo y de la sensación de descanso al despertar.
El médico estadounidense Michael Colgan afirma que el organismo de una persona comienza a colapsar tras cuatro o seis meses de trabajo intenso, y que eso se debe a la mala alimentación.
El experto explica que la célula sanguínea tiene una vida de entre 60 y 120 días, por lo que a los tres o cuatro meses toda la sangre del cuerpo se renueva. En seis meses, las proteínas de los huesos mueren y son reemplazadas por las sustancias que se fabrican gracias a los nutrientes que ingerimos.
Por eso, indica el médico, el exceso o deficiencia de un cierto mineral debido al estrés saca al organismo fácilmente de su equilibrio, alterando el proceso de renovación natural y exponiéndolo a dolores y enfermedades. Esto, en el plazo de seis meses.
Tras varios meses de un estrés continuo, la corteza prefrontal se adelgaza, ya que las neuronas que la componen se van atrofiando. Esta área está al mando de las emociones y el autocontrol, y su disminución provoca que la persona se vuelva irritable, sufra arrebatos y se muestre vacilante.
Pero no se desespere, hay formas de combatirlo: cambios en su alimentación, ejercicio y más tiempo al aire libre lo ayudarán a sortear estos críticos meses.
Ejercite 15 minutos diariamente. Un estudio publicado en la revista Psychoterapy and Psychosomatics, indica que personas inactivas y fatigadas, podían incrementar su energía en 65% con sólo hacer ejercicio regular de baja intensidad.
Tome baños de sol. Con moderación, el sol es una potente arma productora de energía, de la que nos vemos privados durante los meses de invierno.
Deje el café, los dulces y el cigarrillo. El principal ingrediente del café es la cafeína, un componente que estimula el sistema nervioso central, bloqueando la adenosina, un neurotransmisor que normalmente produce un efecto relajante en el cuerpo.
"Remodele" su desayuno. Durante el invierno, consumimos una cantidad muy baja de frutas y verduras, por lo que, a estas alturas, nuestro cuerpo está con un déficit de antioxidantes presentes en estos alimentos y necesarios para la reparación de los tejidos.
Haga las cosas cuando tenga que hacerlas. Las tareas pendientes son uno de los factores que aumentan de manera sostenida el cortisol en nuestro organismo.
Despéguese de su smartphone. La tecnología permite estar en contacto con todo el mundo a cada momento. algo que eleva los niveles de ansiedad, incluso se afirma que chequear el Facebook o Twitter a cada instante, puede llevar incluso al trastorno obsesivo compulsivo.
Comparte esta noticia