Nuevas conclusiones publicadas ponen en en duda las propiedades del ácido docosahexaenoico (DHA), un aceite de la serie Omega 3.
Aceites de la serie omega 3, que se encuentran en el pescado, no ralentizan la demencia senil asociada con el mal de Alzheimer, según un nuevo estudio que cuestiona los beneficios reportados por anteriores investigaciones.
Varios estudios habían apuntado antes que una dieta rica en aceites de pescado podía proteger a las personas frente al deterioro de las funciones cerebrales y el Alzheimer.
Sin embargo, estas nuevas conclusiones publicadas en la revista médica Jornal of the American Medical Association ponen en duda las propiedades del ácido docosahexaenoico (DHA), un aceite de la serie Omega 3.
La investigación, financiada por el Instituto Nacional de Envejecimiento y de la Universidad de Ciencia y Salud de Oregón, se basó en pruebas a 400 hombres y mujeres de unos setenta años y con posible mal de Alzheimer.
Los autores del estudio administraron dos gramos de DHA y cápsulas con placebo cada día a dos grupos de pacientes diferentes para comparar los efectos del aceite.
Después de dieciocho meses, procedieron a evaluar el deterioro mental registrado en ambos grupos y los resultados fueron casi idénticos.
Sin embargo, el estudio reconoce que tampoco se puede descartar por completo los efectos beneficiosos de ese tipo de nutrientes, porque otras investigaciones han revelado que el deterioro cerebral empieza décadas antes de que se produzcan sus síntomas.
En ese sentido, los autores creen que el DHA podría ayudar a prevenir ciertos daños en personas más jóvenes, pero todavía no hay una evidencia científica para sostener esos efectos positivos.
EFE
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